Hace una semana, el presidente Sánchez se dirigió al Congreso para detallar la postura del Gobierno sobre la inmigración. En su intervención, destacó cómo las formaciones políticas de la derecha, en particular el PP y VOX, intentan aprovechar la complejidad del fenómeno migratorio para fomentar el odio hacia quienes llegan a nuestro país.
Sin embargo, la realidad es que un abrumador 94% de los inmigrantes en España tienen una situación legal. Además, se proyecta que en los próximos años, la Unión Europea enfrentará un incremento del 35% en el número de jubilados, lo que resultará en la pérdida de 30 millones de trabajadores.
En España, una situación similar se presenta, ya que más de la mitad de las empresas están experimentando dificultades para encontrar personal, con más de 150.000 puestos vacantes, alcanzando un máximo histórico en este aspecto. Para asegurar un futuro próspero, es crucial enfrentar el desafío demográfico actual, utilizando como herramientas fundamentales tanto el aumento de los nacimientos como la inmigración. Para fomentar una mayor natalidad, se implementará la ley de familias, que beneficiará a las familias monoparentales, numerosas, migrantes, y aquellas con miembros con discapacidad. Es importante resaltar que las personas migrantes juegan un papel clave en el desarrollo de nuestra nación. La inmigración no es solo un acto de humanidad, sino que resulta esencial para la economía y el estado del bienestar. Los inmigrantes aportan el 10% de los ingresos a la seguridad social y utilizan los servicios públicos y beneficios sociales un 40% menos en comparación con los nacidos en España, lo que significa una contribución significativa a nuestra economía y sociedad. Además, su presencia ayuda a mantener los colegios rurales y revitaliza muchos de nuestros pueblos que, de otro modo, sufrirían una pérdida irreversible.
Ante los mensajes de odio, es fundamental que mostremos nuestra unidad, aprecio y acogida.