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Las auroras polares están comenzando a brillar de nuevo en el firmamento español

La Audiencia de Vizcaya ha impuesto una pena de siete años y medio de cárcel a una mujer que pagó a un hombre para acabar con la vida de su esposo en Sestao, aunque este resultó herido. Por su parte, el hombre contratado ha sido sentenciado a seis años de prisión.

Esta decisión ha sido confirmada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que ha emitido una sentencia que concuerda con los argumentos de la Fiscalía, la defensa y la acusación particular. La sentencia, que es firme, clasifica a la mujer como colaboradora necesaria en un intento de homicidio, considerando el agravante de parentesco, mientras que el hombre ha sido declarado autor del mismo delito sin circunstancias que modifiquen su responsabilidad penal.

Además de las condenas privativas de libertad, ambos deberán pagar 1.025 euros a la víctima en concepto de indemnización por las lesiones sufridas. También se les ha prohibido comunicarse y acercarse a la víctima a menos de 1.000 metros durante 15 años para la mujer y 12 para el varón.

El tribunal ha destacado que la prueba fundamental del caso se basa en las declaraciones de los acusados, quienes admitieron en el juicio los hechos, respaldados por «abundante prueba documental». Según la sentencia, la mujer «contrató los servicios» del coacusado para «terminar con la vida de su esposo por un monto de 4.000 euros», un intento que se trató de llevar a cabo el 13 de enero de 2023, cuando la víctima y su esposa estaban dentro de un auto estacionado en Sestao alrededor de las 22:00 horas.

En un incidente específico, una mujer que se hallaba en la parte trasera del vehículo simuló recibir una llamada y salió, dejando la puerta abierta. Ese fue el momento en el que otro individuo involucrado aprovechó para entrar, agredir al esposo con un golpe en la cara y utilizar un objeto afilado para herirle en el lado derecho del cuello, según lo detalla la sentencia. Se ha demostrado la existencia de «intención homicida». La víctima, al resistir, logró esquivar el ataque, lo que llevó al tribunal a subrayar que, a pesar de que los acusados realizaron todos los actos necesarios para acabar con su existencia, «no tuvieron éxito». La Audiencia manifiesta que se ha comprobado la «intención homicida» en la conducta de los sentenciados y hace hincapié en que la zona del cuello, donde la víctima fue herida, es un área del cuerpo con «alto riesgo para la vida». La persona agredida presentó tres heridas inciso-contusas de una longitud de un centímetro y medio en la región latero-cervical, sin sangrado activo, además de una herida superficial en el dorso de su mano izquierda.

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