La Catedral de Tarazona, situada a pocos kilómetros de la Ribera de Navarra, ha lanzado recientemente Hydria, una experiencia nocturna innovadora que transforma la manera en que los visitantes descubren este patrimonio histórico. Desde el 4 de octubre, el templo brinda un recorrido envolvente repleto de luces, sonidos y proyecciones audiovisuales que permiten explorar sus aspectos más significativos desde una óptica completamente distinta.
Durante la noche, las majestuosas puertas del edificio gótico se abren para desvelar sus misterios bajo una iluminación diferente, ofreciendo un impactante espectáculo visual. Hydria se posiciona como una iniciativa vanguardista que mezcla tecnología avanzada con el legado histórico. A través de videomapping, proyecciones en tres dimensiones y el uso de inteligencia artificial, los visitantes son llevados a una narrativa visual que se activa al caer el sol.
Esta experiencia que apela a múltiples sentidos destaca el agua como su elemento central, subrayando su simbolismo en el cristianismo y su relevancia en la historia de la catedral. El objetivo del proyecto es atraer tanto a turistas de la zona como a los residentes de Tarazona, quienes podrán disfrutar de una entrada reducida de 5 euros los días 9 y 10 de octubre. Hydria ha sido posible gracias a la contribución anónima de una familia local, cuyos fondos han sido destinados íntegramente a su desarrollo. Los ingresos generados por la venta de entradas se destinarán al mantenimiento de la catedral, un monumento de considerable valor histórico y cultural en Aragón. La Diócesis de Tarazona y el Cabildo de la Catedral Santa María de la Huerta han impulsado esta iniciativa con el propósito de conservar y promover este edificio de manera innovadora y accesible.
En octubre, Hydria ofrecerá su servicio los viernes, sábados, domingos y días festivos, con dos sesiones diarias a las 20:00 y 21:00 horas. Los boletos se pueden comprar a través de la página web de la catedral o del proyecto, con tarifas que se ajustan a diferentes públicos. Es aconsejable revisar la venta en línea para obtener detalles sobre horarios y precios actualizados, ya que podrían cambiar a partir de noviembre.
La visita nocturna no solo permite admirar la grandeza de la catedral, sino que también envuelve al visitante en una experiencia multisensorial. Cada rincón, columna y capitel está iluminado de forma estratégica, creando un paisaje sonoro que sumerge al espectador en un entorno mágico. La narración guiada enriquece la experiencia al revelar datos históricos y detalles artísticos que suelen pasarse por alto en las visitas diurnas. La excursión dura aproximadamente 45 minutos y está disponible en varios idiomas, lo que la hace ideal para los visitantes internacionales.
El proyecto Hydria no solo aporta una nueva propuesta al turismo regional, sino que también inicia una tendencia en la reinterpretación de espacios históricos a nivel europeo. La combinación de tradición e innovación que se presenta permite a los asistentes conectar con el legado artístico de Tarazona de una forma innovadora, destacando su relevancia cultural mientras se utilizan tecnologías visuales modernas. Este tipo de propuestas están revolucionando nuestra manera de percibir y vivir el patrimonio cultural. Al integrar la monumentalidad de estos lugares con métodos contemporáneos, se establece un diálogo entre el pasado y el presente que impacta a todos. La Catedral de Santa María de la Huerta se convierte en un espacio vibrante durante la noche que fomenta la reflexión.
La fusión entre la grandeza arquitectónica del templo y los avances tecnológicos proporciona una nueva perspectiva del espacio sagrado. Las proyecciones visuales junto con la banda sonora original que acompaña la experiencia generan una atmósfera encantadora, en la que cada parte del templo cobra significado y se llena de vida. Hydria se presenta como una experiencia memorable, no solo por su impresionante tecnología, sino también por su habilidad para vincular a los visitantes con la historia y espiritualidad de un sitio tan representativo como la catedral de Tarazona. Es una oportunidad excepcional para apreciar el arte, la cultura y la innovación en un entorno que cautiva tanto a los residentes como a los viajeros.