«He experimentado tres huracanes y esta ha sido la situación más grave que he presenciado.»

Este miércoles, la Casa Blanca declaró que no permitirá que «Líbano se convierta en Gaza», en respuesta a los comentarios realizados por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el día anterior. Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, manifestó en una conferencia de prensa: «No queremos que Líbano se transforme en otra Gaza».

Esta afirmación se produjo después de que Netanyahu advirtiera al pueblo libanés sobre una posible «guerra prolongada que traería destrucción y sufrimiento similar a lo que se observa en Gaza» si el grupo chií Hezbolá no es desmantelado.

Jean-Pierre enfatizó la necesidad de ofrecer a la diplomacia una oportunidad tanto en Gaza como en Líbano, asegurando que el gobierno de Biden continuará sus esfuerzos para mediar en busca de una solución que ponga fin a estos conflictos.

Según ella, «el sufrimiento en Gaza y Líbano incrementa la urgencia de nuestros esfuerzos para alcanzar una paz y seguridad sostenibles en la región.» Sin embargo, no se detalló si este asunto fue parte de la conversación que tuvieron el presidente Joe Biden y Netanyahu, a la que Jean-Pierre se refirió como «directa y productiva.» Hasta el momento, ni la oficina del primer ministro israelí ni la Casa Blanca han revelado información sobre el contenido de esa llamada, que se convirtió en la primera entre ambos líderes desde el 21 de agosto. Desde entonces, Israel ha incrementado sus operaciones militares contra Hezbolá, llevando a cabo bombardeos no solo en la frontera norte, sino también en ciudades como Beirut, y ha iniciado una ofensiva terrestre, a la que se refiere como «limitada», en el sur del Líbano contra el mismo grupo.

Durante los recientes ataques aéreos, Israel ha acabado con la vida de Hasán Nasralá, quien dirigió Hezbolá durante más de treinta años. Además, el día anterior, Netanyahu reveló que también había dado muerte a Hashem Safi al Din, el cual era considerado su posible sucesor.