Durante muchos años, la esperanza de vida de las personas oscilaba entre los 20 y 50 años. Con la llegada del siglo XX, se produjeron avances significativos en medicina y salud pública, lo que permitió a la población vivir hasta 30 años adicionales.
Las proyecciones para el nuevo siglo eran esperanzadoras, con expectativas de que esta tendencia de crecimiento se mantendría en el XXI. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Nature ha mostrado una perspectiva completamente diferente: el incremento de la esperanza de vida ha disminuido y se estima que la mayoría de los niños nacidos en 2010 no alcanzarán los 100 años.
El informe, llevado a cabo por la Universidad de Chicago bajo la dirección del doctor Stuart Jay Olshansky, analizó las tasas de mortalidad desde 1990 hasta 2019 en los ocho países con mayor longevidad, incluyendo a España. Las otras naciones evaluadas fueron Australia, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, Suecia y Suiza, las cuales fueron comparadas con Hong Kong y Estados Unidos. Los resultados indican que, salvo en Corea del Sur y Hong Kong, todas estas regiones han experimentado una ralentización en el aumento de la esperanza de vida, pasando de un incremento anual de 0,3 años a 0,2.
El año 2010 fue pivotal, puesto que a partir de entonces, todas las poblaciones comenzaron a experimentar esta desaceleración. De acuerdo con el autor del estudio, la probabilidad de que los niños que nacen actualmente lleguen a los 100 años es del 5,1% para las mujeres y del 1,8% para los hombres. Estas estadísticas contrastan con las investigaciones de los años 90, que afirmaban que los niños del siglo XXI tendrían una mayor posibilidad de cumplir un siglo de vida.
En el caso de España, la cifra se sitúa en un 3,2%.
En Hong Kong, los números son más altos: las mujeres presentan un 12,8% y los hombres un 4,4%. En contraste, en España, la media para ambos sexos se ubica alrededor del 3,2%. Estas cifras, derivadas de la Base de Datos de Mortalidad Humana, plantean un interrogante sobre el límite en la esperanza de vida.
El análisis sugiere que hemos alcanzado el techo en cuanto a la longevidad humana. A pesar de los avances en medicina, el impacto ha sido limitado; de 50 compuestos ensayados para extender la vida, solo 12 han tenido éxito y ninguno supera el 15%. Sin embargo, se destaca que se debe reconocer «más de un siglo de logros en salud pública y medicina» que han ayudado a la humanidad a combatir las causas que restringen la vida.
Olshansky y su equipo subrayan la importancia de diferenciar entre el incremento de la esperanza de vida y el número de personas que logran vivir hasta centenarios. El aumento en el número de longevos ha tenido un dinamismo significativo en años recientes, influenciado por las tasas de natalidad del siglo XX. Además, se estima que a partir de 2042 se podrán observar «de manera confiable» aumentos considerables en la población de centenarios, en concordancia con el baby boom posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El estudio también advierte que las compañías de seguros y otros productos vinculados a la vida tienden a ofrecer expectativas exageradas, «sobrestimando considerablemente la supervivencia para la mayoría». Esto sugiere que, aun si se lograran desarrollos que retardaran el envejecimiento biológico, no habría garantía de que las personas alcanzaran los 100 años.
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