Pueblos de la España vaciada logran establecer escuelas infantiles
La Junta de Castilla y León ha dado luz verde a la creación de ocho nuevos centros educativos para niños de 0 a 3 años. Muchos de estos centros se encuentran en localidades que han conseguido revertir la pérdida de habitantes.
En el centro de la España vaciada, donde la población ha ido disminuyendo de manera constante y las estrategias para frenar esta tendencia han sido escasas, hay comunidades que están desafiando esta situación. En lugar de ver sus calles desérticas, están recibiendo un renovado aliento de vida infantil.
Estos pequeños son clave para el futuro de Castilla y León, una región que enfrenta el desafío de una población cada vez más adulta y un descenso continuo en los nacimientos. Atraen a familias jóvenes que deciden mudarse a las áreas periféricas de las principales ciudades.
Un claro ejemplo de este fenómeno es Grijota, un municipio ubicado a solo 6 kilómetros de Palencia. En la década de 1990, tenía apenas 775 residentes, mientras que ahora supera los 3.000 y sigue creciendo. Este notable aumento posiciona a Grijota como una de las localidades más habitadas de la provincia. Sus calles y parques han vuelto a llenarse de niños, y la escuela infantil ha tenido que expandir su capacidad debido al aumento en la demanda. Asimismo, el colegio del pueblo ya tiene más de 200 alumnos, y el Ayuntamiento de Grijota continúa ofreciendo una variedad de servicios a sus habitantes.
El alcalde Jesús Ángel Tapia sostiene que la esencia del asunto radica en la variedad de servicios que ofrece la administración pública para facilitar la conciliación familiar. «El verdadero cambio ha sido administrativo, ya que nuestra guardería, que anteriormente era financiada por el propio Ayuntamiento y las aportaciones mensuales de las familias, ahora se ha transformado en una Escuela Infantil de la red de la Junta de Castilla y León, lo que permite la gratuidad para la educación de los niños de 0 a 3 años», comenta.
Además, Tapia subraya que esta medida ha tenido un impacto significativo en las finanzas municipales. Sin esta modificación, el Ayuntamiento no habría podido cubrir el costo anual del centro que asciende a 240.000 euros. Ahora, esos fondos podrán ser redirigidos a otros servicios esenciales.
En cuanto a la oferta de plazas, la guardería disponía anteriormente de 49, pero ante la elevada demanda, se ha decidido aumentar en 20 más, asegurando así que las familias del área tengan acceso al servicio. “Este servicio es fundamental para las familias jóvenes del pueblo, ya que facilita la armonía entre la vida laboral y familiar. La Junta proporciona la gratuidad de 9 a 14 horas, mientras que nosotros extendemos el horario de apertura de 7:30 a 16:00, permitiendo así que los padres realicen una jornada laboral completa», enfatiza Tapia.
Desde 2001, la población ha crecido un 20% al año, lo que representa entre 200 y 300 nuevos residentes anualmente. «Este crecimiento es crucial para nosotros. Había promociones inmobiliarias de la época fuerte de la construcción que no se habían vendido, y ha surgido una conjunción entre la oferta de viviendas y el deseo de los nuevos vecinos de vivir en un entorno rural, pero cercano a Palencia,» apunta.
El esfuerzo de la comunidad se refleja en un ayuntamiento donde la gente convive activamente, más que en un simple pueblo dormitorio, y la población se mantiene estable. Actualmente, la administración local solicita mejoras en el transporte y un incremento en la frecuencia de los autobuses hacia la capital de Palencia.
Una situación similar se observa en Palazuelos de Eresma, en la provincia de Segovia, que se localiza a solo 7 kilómetros de la ciudad principal. Este lugar se ha convertido en un destacado ejemplo de la repoblación rural. Desde finales del siglo XX, su población ha aumentado continuamente. En la década de los 80, contaba con aproximadamente 400 habitantes, cifra que ha crecido hasta los 4.000 censados en la actualidad. Además, se suman otros 2.000 residentes de las urbanizaciones que pertenecen a la misma municipalidad.
El alcalde, Jesús Nieto, estima que en el futuro cercano, Palazuelos podría convertirse en la localidad más poblada de Segovia. Menciona que la actual expansión de la planta de tratamiento de aguas residuales está diseñada para atender a 14.000 personas. La edad promedio de sus habitantes es de 37 años, una de las más bajas en todo Castilla y León.
En este momento, Palazuelos tiene más de 1.000 niños y adolescentes menores de 18 años, lo que ha llevado a la creación de tres guarderías financiadas por la Junta de Castilla y León, así como una unidad para infantes de 0 a 3 años en el colegio municipal CEIP Atalaya. Solo en la etapa de Educación Infantil, más de 100 niños están inscritos en este centro, representando el 75% de la población infantil del lugar; el 25% restante asiste a centros educativos en la capital.
Palazuelos ha evolucionado y ya no se considera simplemente un lugar de residencia para trabajadores, según indica Nieto. Destaca que el equipo de fútbol local, Monteresma, cuenta con 300 licencias y que la escuela de danza tiene hasta 100 estudiantes. “Disponemos de maravillosos parques infantiles renovados y de instalaciones deportivas modernas que permanecen abiertas hasta el anochecer. Además, existe una casa juvenil para los alumnos de ESO durante los fines de semana y un servicio de transporte hacia Segovia cada 50 minutos”, resume el alcalde. Añade también que “el impuesto sobre vehículos es la mitad en comparación con Segovia, y tanto las tarifas como los impuestos son notablemente inferiores a los de Segovia y La Granja, que son localidades reconocidas en nuestro entorno”.
Asimismo, otros centros han sido incorporados a la red de Escuelas Infantiles de la Junta de Castilla y León. Estos se encuentran en localidades como El Tiemblo (Ávila), Cistierna (León), Villarejo de Órbigo (León), Grijota (Palencia), Pelabravo (Salamanca), Garcillán (Segovia), Vallelado (Segovia) y Moraleja del Vino (Zamora).
En medio de lo que se denomina la España vacía, una región que ha visto descender su población de manera continua durante años, sin medidas eficaces que puedan revertir esta tendencia, hay pueblos que desafían esta situación. En lugar de ver disminuidas sus calles, están poblándolas de niños. Estos pequeños representan el futuro de Castilla y León, una comunidad con una población cada vez más envejecida y donde cada año se registran menos nacimientos. Esto se debe a que familias jóvenes han decidido radicarse en las afueras de las capitales de provincia.
