Categorías: Crónica
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8 octubre, 2024 3:36 am

Atroz ataque a una infante en Montjuic

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La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE. UU. (ODNI) ha alertado este lunes que, a menos de un mes de las elecciones presidenciales, aún persiste la injerencia de actores extranjeros. Se ha señalado específicamente que Rusia favorece al expresidente y candidato republicano, Donald Trump, mientras que Irán apoya a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.

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Un portavoz de la agencia ha manifestado que «Rusia tiene simpatías por el expresidente, mientras que Irán apoya a la vicepresidenta. También continuamos verificando que China no intenta intervenir en las elecciones. Con la llegada de la fecha electoral, la comunidad de inteligencia subraya que los intentos de socavar la democracia estadounidense no cesarán el 5 de noviembre».

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Además, ciertos actores internacionales, sobre todo de Rusia, China y Cuba, parecen estar promoviendo o desprestigiando a candidatos en las elecciones legislativas, estatales y públicas, con el fin de decidir a quién apoyar o rechazar. En particular, se ha destacado que Rusia busca influir en las elecciones al Congreso para motivar a la ciudadanía a oponerse a políticas y funcionarios que son pro Ucrania. Por otro lado, China intenta ejercer su influencia en estos comicios apoyando a candidatos que, sin importar su partido, Pekín considere una amenaza para sus intereses, especialmente en lo relacionado con Taiwán. Desde la ODNI, no se ha observado que Irán tenga interés en influir en las elecciones de los estados o del Congreso en este ciclo electoral. El 5 de noviembre, los ciudadanos estadounidenses no solo elegirán a su próximo presidente, sino que también votarán para renovar completamente la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

El organismo señaló que, al igual que en ocasiones anteriores, La Habana podría estar intentando ganar la aprobación del Congreso y de los políticos locales que estima respaldarán sus iniciativas. Florida, bajo la administración del republicano Ron DeSantis, se ha convertido en el núcleo de estas actividades. La ODNI subrayó que la interferencia externa busca socavar la confianza en los procesos democráticos y profundizar las divisiones en la sociedad, además de influir en las preferencias de los votantes.

En cuanto a las campañas de desprestigio que seguirán después de las elecciones, se anticipa que no concluirán en el día de la votación, sino que continuarán cuestionando la legitimidad de los resultados tras el cierre de las urnas. Actualmente, Harris lidera las intenciones de voto, con una diferencia de 2,6 puntos porcentuales sobre Trump, según el promedio de encuestas realizado por la página FiveThirtyEight a nivel nacional.

De acuerdo con la ODNI, hasta ahora no se han detectado intentos extranjeros de comprometer la integridad de los sistemas de votación en sí, ya que gran parte de la actividad observada corresponde a operaciones de influencia e información. Adam Clayton Powell, director de la Iniciativa de Ciberseguridad Electoral de la Universidad de Carolina del Sur (USC), mencionó en una reciente reunión que Estados Unidos cuenta con más de 8.000 distritos electorales, cada uno con diferentes horarios, días y métodos de votación. El experto declaró a la prensa que «es muy complicado alterar una elección estadounidense mediante el hacking, pero se puede generar desconfianza sobre los candidatos y, aún más, acerca de la democracia».

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