El general Michael Erik Kurilla, quien dirige el Comando Central de Estados Unidos, llegó este sábado a Israel, según informes del medio local Haaretz. Su visita tiene como objetivo colaborar en la coordinación de la respuesta de Israel ante el ataque iraní que ocurrió el pasado martes.
La llegada del general era anticipada desde la mañana de este mismo día, mientras el país se alista para un contraataque que será “grave y sustancial”, según lo afirmado por autoridades militares.
El martes pasado, Irán lanzó cerca de 180 misiles balísticos hacia Israel, provocando el sonido de alertas en todo el territorio y obligando a muchas personas a buscar refugio en minutos, resultando en al menos una víctima mortal.
A pesar de que las autoridades israelíes han mencionado una respuesta contundente, no se han proporcionado detalles específicos.
Además, el canal 12, la emisora más vista en el país, informó que el primer ministro Benjamín Netanyahu llevará a cabo más reuniones de seguridad esta noche para discutir el ataque. Se considera que las instalaciones petroleras de Irán podrían ser algunos de los objetivos en la posible reacción, a lo que Estados Unidos ha advertido a Israel que evite. El presidente Joe Biden expresó en una conferencia de prensa: «Si estuviera en su lugar, consideraría otras opciones más que atacar los campos petroleros».
Posteriormente al ataque iraní, Netanyahu calificó como un «grave error» lo sucedido y aseguró que Israel «pagaría por ello». Irán argumentó que la ofensiva fue una respuesta a la muerte de Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, en un ataque aéreo israelí en Beirut, así como la de Ismail Haniyeh, exlíder de Hamás, en un ataque en Teherán, paso que Israel nunca ha reconocido.
La muerte de Nasrala ocurre en el contexto de una serie de bombardeos ininterrumpidos por parte de Israel en Líbano, siendo Hezbolá su blanco principal. Esta ofensiva ha impactado en días recientes tanto en el sur como en el valle de la Becá, en el este, e incluso ha llegado a la capital, Beirut. Desde que comenzaron las hostilidades, Israel ha causado la muerte de cerca de 2.000 personas y ha desplazado a 1,2 millones de individuos, en su mayoría del sur y este de este país mediterráneo. Adicionalmente, el ataque de Irán sucedió pocas horas después de que Israel anunciara una operación terrestre en el sur del Líbano, donde hasta ahora han fallecido nueve soldados israelíes, y el Ejército calcula que han muerto alrededor de 400 combatientes de Hezbolá.
