La política y la existencia en su conjunto presentan una realidad: casi todo tiene un costo. Pedro Sánchez, un hábil negociador, ha formado un gabinete a partir de diversas alianzas que debe mantener constantemente para no perder su posición. Así, esta legislatura ha superado los límites de lo absurdo, algo que resulta extremadamente complejo, dado lo que se ha observado: el Ejecutivo permite que la estabilidad del país dependa de un partido que solo busca desmantelarla, y además, que Bildu pueda alterar la Ley de Seguridad Ciudadana según su deseo.
¡Bildu y la seguridad ciudadana! No hay más que asombrarse. El costo del poder es evidente; el Gobierno acepta que Bildu modifique la Ley de Seguridad Ciudadana a su voluntad.