Categorías: Crónica
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4 octubre, 2024 8:06 am

Puigdemont visualiza a Zapatero como mediador luego del fracaso de su encuentro con Santos Cerdán

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Puigdemont anhela a Zapatero como mediador tras el fracaso en la reunión con Santos Cerdán. El líder en el exilio estaría buscando un nuevo contexto con una figura de mayor reconocimiento, que recientemente ha tenido un papel relevante apoyando a Sánchez en relaciones internacionales.

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Carles Puigdemont, en su calidad de fugado, se siente decepcionado con Santos Cerdán, el encargado que el presidente español Pedro Sánchez envió a Suiza para intentar conseguir el respaldo de Junts al Gobierno español. Cerdán ya había gestionado el apoyo de los posconvergentes para la investidura de Sánchez el año anterior, realizando múltiples desplazamientos a Suiza y Bélgica.

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Sin embargo, después del descalabro de la última reunión, el líder de Junts busca a alguien con mayor influencia. Cerdán, siendo un hombre vinculado al partido, no actúa como portavoz del Ejecutivo, sino que representa al PSOE, lo que, según Puigdemont, le resta importancia en esta negociación.

Puigdemont ha transmitido su descontento con el proceso de negociaciones a Moncloa. Reitera a su círculo cercano que se siente engañado por Pedro Sánchez, lo que ha llevado a una creciente distancia política y a que Junts haya obstaculizado varias votaciones en el Congreso. Aún hay posibilidad de mejorar la situación, al menos cambiando el interlocutor: Puigdemont imagina que un nuevo mediador pueda asumir el papel, siendo su opción preferida el exjefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien tiene experiencia en asumir funciones de mediación para Sánchez.

Según Puigdemont, la inclusión de Zapatero en las conversaciones tendría un impacto significativo, dado que este actuaría como un as bajo la manga que Sánchez emplea para abordar temas delicados en el ámbito internacional, como el reciente exilio del opositor Edmundo González desde Venezuela a España. Informes indican que Zapatero ha estado involucrado, de manera muy discreta, en otras negociaciones vinculadas a intereses empresariales con el gobierno venezolano. Si eventualmente se convirtiera en el mediador de las discusiones, el líder de Junts lograría concretar uno de sus anhelos. Se sugiere que el expresidente socialista ya había establecido contactos confidenciales con la cúpula de JxCat el año pasado, tras las elecciones del 23 de julio, actuando como facilitador en las primeras exploraciones de un posible acuerdo y trasladando a Sánchez las posturas de este partido.

La estrategia de Puigdemont tiene un objetivo dual, según diversas fuentes consultadas por El Confidencial: en primer lugar, busca aportar una mayor seriedad a las negociaciones; en segundo lugar, anhela hacer justicia por las «mentiras» de Pedro Sánchez hacia Junts. Así, la culminación de este deseo de Puigdemont para respaldar al Gobierno de Sánchez sería una fotografía conjunta entre él y Sánchez en un lugar neutral.

La reciente reunión en Suiza, celebrada hace dos semanas, resultó desastrosa, dejando las relaciones destrozadas, los presupuestos sin claridad y la estabilidad del gobierno en grave riesgo. Según algunas fuentes, se ha comunicado a Moncloa una preferencia por otro interlocutor distinto a Santos Cerdán. Se llegó a considerar la posibilidad de hacer públicas las actas de las reuniones mantenidas.

Por el momento, Puigdemont ha confirmado que no respaldará una moción de censura del PP contra Pedro Sánchez. Los actores políticos han decidido esperar un par de meses antes de dedicar sus esfuerzos a sus estrategias. Después de los congresos extraordinarios de Junts y ERC programados para este otoño, se retomarán las negociaciones. Junts tiene la intención de facilitar la caída del Gobierno y de promover nuevas elecciones en primavera del próximo año.

Puigdemont considera que, en ese entonces, con ERC envuelta en conflictos internos y debilitada, Junts podría conseguir un resultado más favorable, recuperando así su posición como la segunda fuerza más votada en unas elecciones generales. Este sería el momento perfecto para lanzar una nueva ofensiva y desplazar a los republicanos, que se espera no habrán superado la crisis interna.

El exiliado Carles Puigdemont ha manifestado su descontento hacia Santos Cerdán, el intermediario que Pedro Sánchez envió a Suiza para buscar el apoyo de Junts al Gobierno español. Cerdán ya había negociado el respaldo de Junts durante la investidura del socialista el año anterior, realizando múltiples desplazamientos tanto a Suiza como a Bélgica. Sin embargo, tras el fracaso de la última cita, Puigdemont busca a una persona con más influencia. Cerdán es un representante del partido y no actúa representando al Gobierno, lo que, según Puigdemont, limita su relevancia en las negociaciones frente a otros posibles candidatos.

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