Veteranos israelíes critican a España por el fracaso de la ONU: «Buena paella, pero no contuvieron a Hezbolá». En el norte de Israel se percibe un fuerte descontento sobre el desempeño de las tropas españolas en la misión de paz de la ONU, que fue establecida tras el conflicto con Hezbolá en 2006.
Este conflicto, que duró un mes, culminó con la resolución 1710, que instaba a la milicia chií a no cruzar el río Litani y a respetar una zona de seguridad de aproximadamente 30 kilómetros en la frontera israelí. La UNIFIL, que tiene como objetivo garantizar este acuerdo, está bajo el mando de un oficial español.
Un coronel retirado, Kobi Marom, expresa su desilusión: “La comida es excelente, pero no lograron detener a Hezbolá”. Asegura que aunque los soldados pueden disfrutar de climas soleados y de una buena paella, no se han interpuesto en el rearme de la milicia chií ni en su expansión en la región. Marom, quien se retiró del ejército israelí con el rango de coronel, ahora ofrece su experiencia como consultor en seguridad. Su forma de comunicar se asocia en hebreo con el término ‘juzpá’, que refleja un rasgo de la cultura israelí caracterizado por no ser excesivamente amable. Esta actitud se manifiesta en la firmeza con la que Marom aborda la problemática en la frontera con Líbano.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para Líbano, conocida como UNIFIL, opera con un contingente internacional de 10,000 soldados. Desde febrero de 2022, un general español, Aroldo Lázaro, lidera esta misión, con un compromiso que se extenderá hasta el próximo verano, consolidando así la participación de España. En la actualidad, el ejército español contribuye con 670 tropas, distribuidas entre 49 en Naquora y 621 en Marjayoun, formando parte del sector oriental bajo la dirección española.
El futuro de esta misión se presenta incierto, especialmente tras los recientes enfrentamientos entre las mismas partes que tuvieron lugar en 2006. Según Marom, analista que aparece en programas de televisión israelíes, hace 17 años se firmó la resolución 1710, que establecía que la zona desde el río Litani hasta la frontera con Israel debía ser custodiada por una fuerza multinacional, la cual incluye tropas españolas, italianas y francesas. Sin embargo, subraya que ninguno de estos contingentes está dispuesto a intervenir en la seguridad de Israel.
Marom señala que la falta de acción ante las violaciones del acuerdo por parte de Hezbolá ha resultado problemático. Aunque su crítica es fuerte, también reconoce el sacrificio de los soldados españoles, que han sufrido siete bajas en operaciones ofensivas, siendo la mayoría jóvenes de entre 18 y 21 años, víctimas de un atentado en 2007. El séptimo, José Manuel Soria Toledo, de 36 años, murió por un disparo israelí.
Aaron Kababie, un hombre de 41 años, se encontraba de guardia en uno de los puestos de control de la frontera. Originario de México, llegó a Israel a los 20 años, justo antes del estallido de la guerra en Líbano. Durante el conflicto de 2006, formó parte de una unidad de ingeniería militar, y en el año 2023 fue llamado nuevamente como reservista para desempeñar la misma labor. Con una postura más moderada, Kababie comparte que desde el inicio, la misión de la ONU ha fracasado según la percepción en Israel.
Este israelí ha sido testigo de la evolución de la situación en los últimos 17 años: “Recuerdo un vehículo blindado equipado con misiles para desactivar minas. Observábamos cómo un edificio de Hezbolá estaba justo al lado de una base de la ONU, y veíamos a milicianos de Hezbolá moverse entre ambos lugares sin problema. Eran estructuras diferentes, pero estaban tan cerca que podían cruzar fácilmente”.
Kababie sostiene que “desde el primer año, la resolución fracasó rotundamente. Un año después, Hezbolá comenzó a rearmarse en esa área”. A pesar de sus críticas, muestra empatía hacia “el soldado español, que se ha visto enviado a proteger un área con mucha tensión, enfrentándose a una fuerza como Hezbolá, que actúa sin límites”.
En relación a los altos costos del conflicto, comenta: “La cantidad de libaneses asesinados por Hezbolá supera a la de israelíes. No envidio la labor del soldado español que tiene que prevenir ataques terroristas contra Israel. La intención es excelente, pero carece de los medios necesarios para realizar su trabajo de manera efectiva”.
Kababie concluye expresando su opinión sobre la limitación de las acciones: «Creo que realmente no pueden hacer mucho». Residente de Haifa, la ciudad más significativa del norte de Israel, él menciona un refrán local que refleja la esencia de las tres principales ciudades del país: mientras Jerusalén se dedica a la oración, Tel Aviv se enfoca en el ocio y Haifa se esfuerza en el trabajo.
La ciudad del norte se destaca como uno de los pilares económicos del país, gracias en gran parte a su puerto, que recibe casi todas las importaciones. Este hecho, combinado con la existencia de una planta de productos químicos, la posiciona como un posible blanco para los misiles de Hezbolá, cuyo accionar ha aumentado desde el 7 de octubre. Kababie opina que los recientes ataques de Israel a su antiguo adversario —incluyendo la muerte de su influyente líder, Hasan Nasrala— deberían incitar al ejército y las autoridades libanesas, así como a la liga árabe y a la comunidad internacional, a trabajar por la reconstrucción del Líbano y a respaldar nuevas facciones contrarias a Hezbolá. Los habitantes del norte de Israel no tienen una percepción positiva de la labor de los soldados españoles que forman parte de la misión de paz de la ONU, instaurada después de la segunda guerra del Líbano en 2006. En aquella oportunidad, el conflicto entre Israel y Hezbolá se extendió por un mes, concluyendo con la adopción de la resolución 1710. Esta resolución prohibía a la milicia chií atravesar el río Litani y establecía una zona de seguridad de aproximadamente 30 km en la frontera israelí. Para asegurar su implementación, se creó la UNIFIL bajo la dirección de la ONU, liderada actualmente por un español. Un coronel retirado expresa su descontento: «Hacen buena paella, pero no lograron detener a Hezbolá”, justo en medio de un nuevo conflicto.