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Este es el único pueblo en España que ha sido considerado maldito por la iglesia católica: excomulgado y vinculado a prácticas de brujería

En un apartado rincón de Aragón, rodeado por la sierra del Moncayo, se esconde una narrativa tanto insólita como inquietante. A lo largo de los siglos, los residentes de esta localidad han permanecido bajo un velo de enigmas, transformando el lugar en un punto de interés para quienes buscan lo desconocido, así como para aquellos fascinados por leyendas antiguas.

Un castillo en estado de abandono y relatos de prácticas de brujería forman parte de la herencia que capta la atención de quienes desean desentrañar los misterios de esta singular región.

El pueblo del que hablamos es Trasmoz, el único en España que permanece excomulgado por la Iglesia católica desde hace más de setecientos años.

Esta condena se originó en 1255 tras una disputa entre el abad del cercano monasterio de Veruela y los habitantes del enclave, quienes se mostraron reacios a acatar las órdenes eclesiásticas. Luego, en el siglo XVI, otra controversia sobre los derechos al agua intensificó los conflictos, lo que llevó al abad a lanzar una maldición sobre el pueblo, un legado que aún perdura en la memoria colectiva.

Además de los desacuerdos con la Iglesia, Trasmoz ha estado siempre rodeado de un aura de misterio vinculado a la brujería. Las historias populares narran que en el castillo, ahora en ruinas, se llevaban a cabo aquelarres y encuentros de hechiceros que infundían temor en los lugareños. Estas narrativas llamaron la atención de Gustavo Adolfo Bécquer, quien se dejó inspirar por ellas al componer algunos de sus relatos durante su estancia en el monasterio de Veruela, reforzando así la conexión del pueblo con lo esotérico.

En tiempos recientes, Trasmoz ha logrado incorporar su historia en su propuesta turística. La Feria de la Brujería, celebrada anualmente, se ha convertido en uno de los eventos más importantes, atrayendo a miles de visitantes cada año.

El castillo y el museo que rinde homenaje a las creencias supersticiosas y la magia son atractivos que invitan a los visitantes a indagar en su fascinante narrativa. A pesar de haber sido excomulgados y maldecidos, los residentes de Trasmoz han mantenido sus rituales religiosos sin grandes problemas. No obstante, la sanción permanece en vigor y únicamente el Papa puede revocarla. Esta inusual circunstancia ha aportado al pueblo una identidad singular que lo hace destacar entre otras localidades españolas. Recorrer Trasmoz es una oportunidad para sumergirse en una fusión de historia, mito y naturaleza. La sierra del Moncayo, con sus rutas y paisajes, enriquece la vivencia de explorar un sitio que, a pesar de las maldiciones, ha logrado establecerse en el presente, preservando su legado repleto de secretos y magia.

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