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En esta ciudad española se encuentra la fortificación más extensa del continente europeo

La influencia de la Edad Media es palpable en diversos sitios de España, desde castillos y palacios hasta comunidades enteras. Las edificaciones de esta época que han logrado resistir el paso del tiempo se han convertido en destinos turísticos cautivadores, especialmente para quienes tienen interés por la historia.

Las murallas, erigidas para protegerse de asedios, son algunas de las estructuras más representativas. Aunque las murallas de Ávila y Lugo son las más conocidas, Extremadura alberga la muralla más extensa, ubicada en Badajoz, que se extiende por 6.541 metros, lo que la convierte en la más larga de España y de Europa.

Badajoz, situada en la frontera con Portugal, posee una rica herencia militar que se remontan a su fundación en el año 875, según indican las autoridades locales. La construcción de la Alcazaba fue el primer paso para fortificar la ciudad, pero con el tiempo se hizo evidente la necesidad de expandirla debido al crecimiento urbano y las constantes amenazas. Durante la Guerra de Restauración portuguesa, que tuvo lugar entre 1640 y 1668, se levantó la Muralla Abaluartada. Esta nueva fortificación incluía múltiples elementos defensivos como baluartes, fosos y fuertes, diseñado ingeniosamente para cubrir todos los posibles ángulos de ataque, convirtiendo a Badajoz en un baluarte casi invulnerable frente a los ataques enemigos.

La reciente muralla fue construida alrededor de la antigua Alcazaba, que se transformó en una ciudadela. Además, los antiguos palacios medievales se convirtieron en alojamientos para distintas órdenes militares.

Asedios y modificaciones hasta nuestros días El asedio llevado a cabo por las tropas anglo-portuguesas en el siglo XVIII puso a prueba la eficacia de las nuevas murallas, lo que llevó a su reconstrucción por ingenieros destacados de la época. Igualmente, se realizaron mejoras en el Fuerte de San Cristóbal, situado en la otra orilla del Guadiana. En el siglo XIX, un nuevo asedio, esta vez por las fuerzas francesas, condujo a más refuerzos en la estructura, según se documenta.

Hoy en día, la muralla ha abandonado su propósito inicial de defensa y ahora se ha convertido en un atractivo turístico importante de la ciudad. Los visitantes pueden explorar la Alcazaba, que cuenta con cuatro accesos, apacibles jardines, los vestigios de una iglesia construida sobre los restos de una mezquita, el Palacio de los Condes de Roca que alberga el Museo Arqueológico de la provincia, así como la Torre del Palacio Episcopal y la Torre Espantaperros.

Para conocer la Muralla Abaluartada, se recomienda comenzar el recorrido desde las calles Ramón y Cajal, Avenida Joaquín Costa o Ronda del Pilar. Al seguir un camino por la historia de Badajoz, se pueden apreciar valiosas construcciones como los baluartes de San Pedro, Trinidad, Santa María, Santiago, San José, San Vicente y San Roque, además de la Puerta del Pilar, la Puerta de las Palmas y el Fortín de San Cristóbal.

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