La consejera de Educación y Formación Profesional de la Generalitat, Esther Niubó, presentó el miércoles una iniciativa destinada a «identificar las señales» de posible acoso escolar y aumentar la conciencia en la comunidad educativa sobre la necesidad de prestar atención a este fenómeno.
Esta intervención del Govern se lanza en un contexto donde los informes de la Unitat d’Atenció a l’Alumnat en situació de Violència (USAV) -hasta el año académico 2023-2024- y del Registre de Violències contra l’Alumnat (REVA) -curso 2024-2025- indican que se han gestionado 2.206 casos clasificados como presunto bullying desde la mitad del curso 2020-2021, cuando comenzó a operar la USAV.
Excluyendo el primer año, que no se completó, el número de casos atendidos ha crecido un 200% en un lapso de tres años (de 2021-2022 a 2023-2024). Sin embargo, desde el departamento de Educación aclaran que este aumento no implica necesariamente un crecimiento en la violencia escolar, sino que refleja una mayor concienciación respecto al acoso y la creación de la USAV y el REVA, «junto a una campaña informativa dirigida a escuelas, estudiantes y familias». Niubó afirmó que el Govern está “dedicado a avanzar hacia un sistema educativo sin acoso». «Asegurar el bienestar de los estudiantes es una prioridad fundamental, ya que solo así se puede crear un entorno armónico que propicie su desarrollo educativo y personal», añadió. La consejera enfatizó la importancia de «eliminar este problema» mediante «una detección precoz», que «es esencial».