El pasado domingo, a las 11:00 horas, 5.028 aspirantes estaban convocados para disputar una prueba teórica de Información y Contenidos organizada por RTVE, donde se pugnaría por 474 puestos. La cita tenía lugar en varias facultades del campus de Somosaguas, perteneciente a la Universidad Complutense de Madrid.
A pesar de meses de estudio intenso, los opositores no tuvieron oportunidad de realizar el examen. Pocos minutos antes de instalarse en los pupitres recibieron la devastadora noticia: RTVE había pospuesto las oposiciones por la supuesta filtración de las preguntas del examen.
Esta decisión se tomó después de que un miembro del tribunal, que formaba parte de la dirección de Informativos de RTVE, recibiera información la noche anterior acerca de la posible filtración, según reportó la EFE.
La mañana siguiente, cientos de trabajadores de la RTVE se manifestaron en las distintas sedes públicas en reacción a este evento que afectó a interinos y trabajadores aún sin plaza que se habían presentado. Durante la protesta, un día que coincidió con la visita de la reina Letizia a la sede principal de RTVE, Concepción Cascajosa, presidenta interina de la corporación, pidió comprensión a los manifestantes.
Cascajosa, cuyo mandato de seis meses ya ha expirado, señaló: «Entendemos que la decisión de aplazar ha causado daño en múltiples niveles y somos conscientes del sufrimiento infligido, pero exigimos comprensión, ya que era una decisión que teníamos que tomar para mantener un proceso transparente y equitativo».
Finalmente, la presidenta interina pospuso la junta de administración donde se debía decidir su reemplazo.
«Cascajosa admitía el derecho de los manifestantes a expresar su descontento, asegurándoles que sus voces estaban siendo escuchadas desde la dirección. Les informó que la Comisión de Empleo se reuniría esa mañana con la esperanza de derivar acciones concretas y reprogramar el examen. A pesar de reconocer la gravedad de la situación, pedía comprensión a los manifestantes que comenzaron a exigir la eliminación de los sindicatos, ya que miembros de estos estaban dentro del Comité de valoración, y por lo tanto, también eran sospechosos. Los gritos de «queremos una comisión de empleo limpia», «sin malversaciones», «fuera los culpables» y «¿quién lo hizo?, ¿quién lo hizo?», resonaban después de que la máxima autoridad de RTVE se marchó. Algunos de los manifestantes intervinieron en el canal 24 horas de RTVE donde se transmitía la comparecencia de la presidenta. Un joven expresó que la indignación y tristeza eran generalizadas, y solicitaba respuestas frente a lo que consideraba un terrible ataque a sus derechos. Otra manifestante, casi en lágrimas, comunicó que todo su esfuerzo se sentía en vano: se habían sacrificado vacaciones, bodas, cuidado de familiares enfermos, todo para poder prepararse para un examen que ahora había sido suspendido. Todos compartían una demanda común: compensación para aquellos que habían invertido tanto tiempo y dinero en su preparación, una pérdida irrecuperable.»