El segundo trimestre finalizó con la deuda del total de las administraciones públicas situada en el 105,3% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra ligeramente inferior al 106,3% con el que terminó el primer trimestre. Esta mejoría se debe, en parte, a las recientes correcciones al alza hechas por la Oficina de Estadística en el crecimiento de la economía española por todos los años posteriores a la pandemia.
No obstante, esta cifra de deuda es todavía un 3,6% mayor a la misma que registraba España en el mismo trimestre del año pasado. Por lo tanto, pese a la mejora, el país sigue necesitando un esfuerzo constante de consolidación y crecimiento económico para estar en línea con las nuevas normativas fiscales europeas, como lo han señalado entidades como la Autoridad Fiscal o el Banco de España (BdE).
Según datos difundidos este lunes por la institución dirigida por José Luis Escrivá, el Estado registró el mayor nivel de deuda debido a que asumió la mayor parte del coste de las medidas anticrisis, tanto aquellas surgidas para responder a la pandemia como las implementadas para combatir las crisis inflacionaria y energética. En total, la deuda de todo el gobierno central aumentó un 6,3% interanual, alcanzando los 1,485 billones de euros, lo que equivale al 96,2% del PIB. En tanto, la deuda de la Seguridad Social ascendió a más de 116.000 millones de euros, un 9,4% más que el año anterior, y equivalente al 7,5% del PIB. Respecto a las regiones, las autonomías vieron aumentar sus deudas un 3% interanual, llegando a los 337.000 millones de euros, alrededor del 21,9% del PIB, mientras que la deuda de los gobiernos locales se redujo un 0,9% hasta los 24.000 millones, aproximadamente el 1,5% del PIB.
Con relación a la progresión de la deuda en función de los instrumentos y plazos, hubo un incremento del 5,8% en la deuda manifestada en valores de largo plazo desde finales de junio de 2023, mientras que los préstamos de más de un año disminuyeron en un 5,6% desde ese mismo punto. A lo largo del segundo trimestre del año, los instrumentos de plazo corto experimentaron una disminución del 10,2%. Según los datos del BdE, al culminar el primer semestre del año, la mayor parte de la deuda se hallaba en instrumentos de deuda a largo plazo, que representaban un 94,8% del total. Los valores de largo plazo correspondían a un 84,5%, mientras que la deuda a corto plazo constituía el 5,2%.