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Según una experta en psicología, el uso del teléfono móvil se ha vuelto un acto tan involuntario en nuestra mente como el gesto de «asegurarnos de cerrar la puerta al abandonar la vivienda»

Los móviles se han establecido como un recurso esencial en nuestras vidas, sean para visionar un filme, localizar un lugar o enviar un texto, entre otras utilidades. Nuestro cerebro se ha acomodado a su uso diario y constante, según confirman los especialistas.

El acto de encender la pantalla y deslizar los dedos sobre ella por varios segundos, minutos o hasta horas, ya hace parte de nuestro cotidiano, con potenciales impactos en nuestro sistema nervioso que, aparentemente, no percibimos. La profesora de psicología Eilish Duke de la Universidad Leeds Beckett en Reino Unido, comenta que «necesitamos entender el estímulo que nos impulsa a tomar el aparato y manipular la pantalla».

Además, afirmó para la cadena británica BBC que en términos de cerebro, desplazarse por el móvil «no es distinto a cerrar la puerta al salir de la vivienda». Cuando la pantalla se enciende, se activan los mismos procesos neuronales, aunque esto tiene una explicación. La conducta innata de los seres humanos y los elementos del entorno provocan el deseo de usar el móvil, según el profesor Arian Ling del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Salud Langone. Nuestro cerebro está en una búsqueda incesante de premios y estímulos, como serían las alertas de mensajes, de noticias o de llamadas. Así mismo, hoy en día, un móvil puede ofrecernos toda la información que necesitamos y de la cual no nos cansamos. La profesora Duke, además, opina que el sobreflujo de información a la que estamos sometidos «concentra toda nuestra atención». «Entrarás en una fase espacio-temporal de rapidez. Sin darte cuenta, pasaron dos horas», agrega. Finalmente, el cerebro se acostumbra a la satisfacción de tener la información al alcance de los dedos a la vez que recibes nuevas alertas constantemente, lo que potencialmente puede resultar en una adicción.

«Si reflexionas sobre la ruta que has tomado previamente un sinfín de veces, verás que la senda se convierte en más perceptible y optamos por seguirla, ya que resulta más simple», complementa Ling. Estos dos expertos han proporcionado una serie de recomendaciones para evitar que los aparatos tecnológicos se conviertan en una adicción o impidan a la ciudadanía gozar del presente sin ellos. Entre los consejos dados, figura leer o mirar una película sin manipular el teléfono móvil, buscar hobbies diferentes que no involucren a estos aparatos o interactuar con las personas y el entorno real alejados de la pantalla.

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