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El viernes pasado, se llevó a cabo un ataque en las afueras de Beirut con un objetivo específico: asesinar a Hasan Nasralá, el líder principal de Hezbollah. Conocido por su enemistad declarada hacia Israel y su prominencia en el bloque dirigido por Irán, Nasralá ha estado a la cabeza de la organización por más de tres décadas.

Debido a su posición, no usa un teléfono móvil y su ubicación ha sido un misterio desde 2006. Se condujo la mayoría de sus discursos y apariciones a través de la televisión, con pocas apariciones en público. Sin embargo, la inteligencia de Israel logró rastrear su ubicación exacta.

Según la Fuerza Aérea de Israel, ahora compartido en X, anteriormente en Twitter, Nasralá estaba ubicado en una sede subterránea de Hezbollah en los suburbios del sur de Beirut, conocidos como el Dahye. Las fuerzas israelíes señalaron que esta área estaba en una zona residencial, escondida debajo de edificios civiles y a solo 53 metros de una escuela internacional de la ONU, con otra institución educativa similar a solo 123 metros de distancia. «Esto demuestra sin lugar a dudas que Hezbollah se camufla entre los civiles, poniendo en riesgo la vida de las personas en Líbano», dijo la Fuerza Aérea israelí en un comunicado. Como se recordará, Israel advirtió a los ciudadanos para que evacuaran ciertas áreas de Beirut en la última semana, en particular aquellas dominadas por Hezbollah.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aprobó desde Nueva York este viernes por la mañana un bombardeo que acabó resultando en el despliegue de más de 80 bombas antibúnker, destruyendo seis construcciones. Previo a su participación en la Asamblea General de la ONU, el líder de Israel confirmó la muerte de unos 20 miembros del grupo político chií libanés, aunque aún no se sabe cuántos civiles han fallecido. Entre los muertos confirmados por Israel se encuentran Ibrahim Husein Jazini, jefe de la unidad de seguridad de Nasrala; su asesor Samir Tawfiq Dib; Abed al Amir Muhamad Sablini, quien estaba a cargo del fortalecimiento de las fuerzas de Hezbolá, y Ali Naaf Ayoub, encargado de la coordinación de ataques. Israel ha confirmado también la muerte de al menos ocho altos mandos militares de la milicia libanesa, incluyendo a Nasralá, Ali Karaki y Nabil Qaouk. A raíz de estas bajas, el ejército israelí ha celebrado la desintegración del liderazgo militar del grupo. Sin embargo, recalcan que aún queda trabajo pendiente a fin de que los ciudadanos israelíes desplazados del norte puedan retornar a sus hogares. Desde el comienzo de los enfrentamientos entre Israel y el grupo chií libanés en la frontera el 8 de octubre, después del estallido de la guerra en Gaza, cerca de 500 miembros de Hezbolá han perdido la vida. Además, las explosiones de un gran número de buscapersonas y walkie talkies registradas hace una semana han dejado miles de heridos.

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