Abbas Araghchi, ministro de Asuntos Exteriores de Irán, alertó desde Nueva York ante la posibilidad de entrar en guerra con Israel. Resaltó que cualquier resultado es posible en la actual crisis tras el reciente asesinato del líder Hezbolá, Hasán Nasrarlá, quien era aliado de Teherán.
Este acontecimiento fue consecuencia de un ataque israelí y, a pesar de su muerte, Araghchi argumentó que la resistencia Hezbolá no se debilitará, sino que la fuerza, la implicación y la expansión de sus efectivos se intensificarán aún más gracias a la sangre del mártir Nasrarlá.
El ministro se mostró crítico hacia las acciones de Israel en Líbano y Gaza, alegando que estos movimientos han condenado a Israel a un futuro incierto en la región. Remarcó que Israel nunca conocerá la paz y que su crimen solo precipitará el desmoronamiento del sionismo.
Araghchi también culpó a Estados Unidos de ser cómplice en el asesinato de Nasralá y aseguró que la sangre de los mártires será vengada. Reafirmó su apoyo a Líbano frente al conflicto.
En referencia a su reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a que este se convierta en la voz de la comunidad internacional y abogue por el cese de los crímenes sionistas. Exigiendo soluciones ante la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para resolver el problema. A su vez, lamentó las obstrucciones de Estados Unidos a las iniciativas del Consejo.
El ministro de Exteriores enfatizó que no se dejará pasar el crimen sin tomar acciones, utilizando todas las herramientas disponibles para buscar venganza. Resaltó que el aparato diplomático usará todas sus habilidades políticas, jurídicas, diplomáticas e internacionales para perseguir a los delincuentes y sus aliados. La advertencia de Araghchi ha sido la más severa emitida por una autoridad iraní hasta la fecha, quienes anteriormente habían sido precavidos sin pedir una respuesta directa de Teherán frente a Israel. La Guardia Revolucionaria condenó la muerte de su soldado, pero no propuso posibles represalias. Otras figuras han sugerido respuestas a la muerte del libanés Nasrala a través del ‘Eje de la Resistencia’, una alianza no oficial liderada por Irán e integrada por Hizbulá, los palestinos de Hamás, los hutíes de Yemen y milicias islámicas de Irak. Estas afirmaciones se suman a las de la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní en Damasco en abril, en un ataque atribuido a Israel. Tras este, las llamadas a la venganza se intensificaron. Como consecuencia, Irán lanzó cientos de misiles y drones contra Israel a mediados de abril. Esta fue la primera vez que Teherán atacó directamente a Israel, un bombardeo que a pesar de su magnitud resultó en pocos daños.
