El establecimiento Mateo Honten, una auténtica izakaya japonesa, se ubica en el corazón del barrio Malasaña. Inaugurado a finales del año pasado, el lugar se ha distinguido como un cómodo y reservado espacio donde se puede apreciar la esencia de la comida japonesa.
La música de RnB de la década de los noventa toca a través de su impresionante equipo de sonido, y los grandes altavoces, visibles para todos, te permiten visualizar la atmósfera de las reconocidas listening bars de Tokyo. No obstante, nos encontramos en Madrid, precisamente en la calle San Mateo.
En este lugar, Edo Kobayashi, un restaurador de origen japonés y mexicano, ha instaurado una innovadora izakaya que ofrece algunos de los mejores platos de la cocina japonesa.
Al entrar, una larga y sofisticada barra de 13 asientos te da la bienvenida, como si te invitara a sentarte, descansar y deleitarte. La decoración, aunque minimalista, está meticulosamente pensada hasta el último detalle, fusionando lo mejor del diseño japonés con un giro contemporáneo. Aquí nada es dejado al azar, desde los platos hasta las copas, todas importadas de Japón. Las luces suaves y el ambiente acogedor hacen del lugar el escenario perfecto para una cena relajada con amigos o una inolvidable cita romántica.
En el aspecto culinario, lo tradicional se combina perfectamente con la creatividad para ofrecer platos para compartir.
La visión culinaria de Mateo Honten se basa en la idea de compartir. Los clientes suelen pedir platos para degustar en grupo, adoptando un estilo similar al de las tapas, aunque con un toque de sofisticación que rememora a la cocina japonesa y que deja maravillados a los comensales con cada mordisco. Las izakayas normalmente destacan por su comida reconfortante: platos repletos de sabor, fritos y con salsas que transportan al corazón de Tokio. Algunos de los aspectos más llamativos de su menú, que destaca por la excelente relación calidad-precio, son el tiradito de hamachi (pez limón) aderezado con ponzu, jengibre y aceite de sésamo picante, su único sushi – algo atípico en los izakayas – y, sobre todo, el pollo frito marinado en jengibre y soja, un auténtico manjar.
Ingredientes tradicionales japoneses, como el yuzukosho (un tipo de pasta picante de yuzu), proporcionan ese gusto fresco y picante, mientras que la mayonesa jupi, ofrecida con yuzu, acompaña a la perfección los platos fritos, resultando en una equilibrada combinación entre lo crujiente y refrescante. Entre sus clásicos más apreciados se encuentra el katsu sando (un delicioso bocado crujiente con panko y atún).
Mateo Honten es una iniciativa que surge de la amistad y las conexiones entre personas que comparten una misma afición: la cocina japonesa y gozar de la vida nocturna. Todo comenzó cuando los promotores de Mateo Honten se encontraron con Edo Kobayashi, una figura crucial en la introducción de la verdadera gastronomía japonesa en México. Con la intención de llevar esta experiencia a Europa, escogieron Madrid para su primer restaurante en el continente.
Bebidas de inspiración japonesa.
Mateo Honten, además de su excelencia culinaria, destaca por la meticulosa dedicación a la preparación de cócteles. No es sólo la aplicación de técnica lo que distingue a sus bebidas, sino un arte delicado y preciso que toma inspiración de la exquisita coctelería japonesa, que logra transformar lo básico en extraordinario.
En una conversación con uno de sus principales bartenders, queda claro que la coctelería de Mateo Honten trasciende lo superficial: cada cóctel busca la armonía y el equilibrio, elementos emblemáticos de la esencia japonesa. En Japón, la coctelería se enfoca en perfeccionar los detalles, desde la temperatura del hielo hasta la técnica del mix. En Mateo Hoten, esa índole se refleja en cada bebida. Ingredientes japoneses como el yuzu, el té sencha y el sochu se mezclan en combinaciones que investigan sabores sofisticados, con una presentación minimalista.
La noche se cierra con Cócteles y música. La propuesta omakase del bar del restaurante es otro elemento fundamental. Aquí, la interacción entre el barman y el cliente determina la creación de una bebida personalizada. Más que un menú preestablecido, cada cóctel se convierte en un reflejo de los gustos del cliente y del instante, «un arte fugaz con el objetivo de brindar felicidad al bebedor», como describen sus bartenders.
El ambiente en Mateo Honten enriquece la experiencia. Durante los fines de semana, un DJ contribuye a crear una atmósfera íntima, cual reunión de amigos en casa, donde la música y las conversaciones fluyen sin esfuerzo. A medida que avanzan las horas, el sitio se convierte en un sonoro club nocturno, manteniendo abierta la posibilidad de disfrutar de sus cócteles hasta altas horas de la madrugada.
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