Categorías: Crónica
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26 septiembre, 2024 8:07 pm

El Gobierno reconoce que el conflicto creciente entre ERC y Junts aumenta el coste de los Presupuestos: «No favorece nuestra situación»

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El Gobierno reconoce que la intensificación de las tensiones entre ERC y Junts incrementará el costo de los Presupuestos: «No nos beneficia». La discusión entre los dos partidos crea agitación en el Congreso. Rufián responde con indignación a las acusaciones de ser un «pagafantas».

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Existe preocupación en el Ejecutivo de que, debido a esta confrontación, ambos aumentarán el valor de su respaldo a las cuentas.

Un debate matutino completo sobre la financiación exclusiva de Cataluña y el potencial acuerdo fiscal, sin embargo, lo que realmente causó un remezón en el Congreso fue la agresividad de la disputa entre Junts y ERC.

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La contienda entre los dos partidos ahora se desarrolla abierta en Madrid, de una manera tan agresiva que ha desconcertado al Gobierno.

Desde la inauguración de la legislatura, la Moncloa ha tenido la clara noción de que el continuo tira y afloja entre las dos fuerzas independentistas implicaría un foco de tensión, debido a la tendencia de ambos partidos a demandar siempre un poco más que el otro, en todas las ocasiones en que se necesitan sus votos. Pero ahora comprenden que este ritmo se elevará en la negociación de los próximos presupuestos.

La lucha ya es abierta, sin escondites ni pretensiones. El portavoz de ERC, Gabriel Rubián, estalló en la tribuna del hemiciclo, después de semanas en las que Junts ha atacado sin piedad el acuerdo con el PSC, que ha permitido la investidura de Salvador Illa, porque les parecía insuficiente. Aunque todos en España, excepto el Gobierno, concuerdan que se asemeja a un acuerdo fiscal (salvo que mantiene un aporte a la caja general), los post convergentes lo rechazan.

Según la interpretación de Junts, los republicanos se han convertido en una modalidad de la cultura popular conocida como ‘pagafantas’, ya que según ellos, ERC otorga sus votos a cambio de nada. Este punto de vista difiere del de Carles Puigdemont, que según ellos, somete a Pedro Sánchez a un chantaje constante. Pese a que en la legislatura anterior, su partido carecía de relevancia y que la coacción de ERC forzó al Gobierno a indultar a los líderes separatistas, abolir la sedición y reformar la malversación.
Ha sido la primera vez en el Congreso que los republicanos han refutado públicamente el lema de Junts de «a cambio de nada». Rufián amenazó: «Cada vez que ustedes difamen de manera despreciable, yo me pondré de pie. Indiferente a lo que opinen las redes y sus medios».
Este conflicto inquietante ha alertado al Gobierno. Consideran que nunca antes se había manifestado tan evidente. En Cataluña, aunque la rivalidad política es palpable, en el Congreso se respetaban las formas. Sin embargo, el Gobierno ha reconocido que este conflicto dificultará las negociaciones presupuestarias al aumentar el costo del respaldo. La competencia implica que uno siempre demandará más que el otro.
ERC se ha disgustado al saber que la Moncloa retiraría el camino de estabilidad para negociarlo con Junts, ya que ello implicaría ceder a sus demandas de nuevo. Han advertido que para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto del próximo año, parten de cero, en referencia a que cualquier conversación previa ya no será válida. Los republicanos planean, al igual que los posconvergentes, abordar otros temas que no estén directamente relacionados con el Gobierno.

El Gobierno se enfrenta a un escenario electoral más difícil y costoso, pero su dimensión ha experimentado un cambio positivo. Las divergencias que surgieron hace unas semanas, en las que no contaba con suficiente respaldo para aprobar el presupuesto de 2025, han experimentado un giro alentador después de la transformación de la postura de Junts tras la reunión en Suiza. Se reporta que el encuentro con Puigdemont fue áspero, pero terminó con un hilo de esperanza que ha dado lugar a negociaciones. Inicialmente, éstas se concentrarán en los objetivos de déficit y posteriormente en los presupuestos.

El Gobierno, que se encuentra en un terreno volátil, ha optado por postergar la presentación de los presupuestos hasta después de los congresos de Junts y ERC, que tienen lugar a finales de octubre y noviembre, respectivamente. Es fundamental determinar el interlocutor idóneo, especialmente si Oriol Junqueras termina siendo el ganador en los republicanos.

Tiene establecido el paso inicial hacia la estabilidad, que es la presentación de los nuevos objetivos de déficit en las siguientes semanas, con la esperanza de que sean respaldados por Junts. No obstante, si no se llega a un acuerdo, los presentarán ante el Congreso de todos modos. Si no se logra la aprobación de los mismos, los objetivos de déficit anteriores permanecerán en vigor, y todos los esfuerzos se concentrarán en obtener apoyo para los presupuestos.

A pesar de que el debate sobre la financiación única de Cataluña y el posible concierto fiscal ocupó toda la jornada matutina, el evento que realmente agitó al Congreso fue el conflicto acalorado entre Junts y ERC. El conflicto entre ambos partidos está muy a la vista y se ha intensificado totalmente en Madrid, llegando a tal punto que incluso ha desconcertado al Gobierno.

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