La vicepresidenta de los Estados Unidos y aspirante demócrata, Kamala Harris, se ha comprometido con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a luchar por la prevalencia de Ucrania en el conflicto contra Rusia. Además, destacó la necesidad de que los Estados Unidos no se alejen de su rol como líder mundial y evite el aislacionismo.
«Seguiré respaldando a Ucrania y me esforzaré por garantizar su victoria en este conflicto, para que el país se mantenga seguro, protegido y próspero», aseguró la vicepresidenta en su mensaje a los medios en la Casa Blanca, donde apareció junto a Zelenski, en frente de dos banderas estadounidenses y dos ucranianas.
Harris hizo referencia en sus declaraciones a su contrincante republicano para los comicios del 5 de noviembre, el exmandatario Donald Trump, sin llegar a citarlo explícitamente. «Existen algunos en mi país que conseguirían que Ucrania renunciara a gran parte de su territorio soberano, aceptara neutralidad y cortara sus vínculos de seguridad con otras naciones», expuso Harris, señalando que «estas recomendaciones se parecen a las de (Vladimir) Putin». «Seamos honestos, no son propuestas para la paz. Al contrario, son propuestas para la capitulación, lo cual es peligroso e inadmisible», resaltó con énfasis. Harris defendió asimismo la relevancia de que los EEUU mantengan su posición de liderazgo global, uno de los principios de la política exterior de Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
Harris ha declarado que historia demuestra que si permitimos a instigadores como Putin tomar territorios sin impedimentos, tendrán el camino despejado para continuar, y Putin podría fijar sus objetivos en Polonia y los países bálticos, aliados de la OTAN. Además, Harris argumentó que si Putin triunfa, líderes autoritarios de todo el mundo se sentirán más audaces. También señaló que la historia nos recuerda que EE.UU. no debería aislarse del mundo, ya que el aislamiento no ofrece protección. Por esto, Harris dijo que América respalda a Ucrania por sus intereses estratégicos y no por caridad.
Después de las palabras de Harris, Zelenski habló y agradeció a la vicepresidenta por su apoyo y solidaridad con Ucrania en todos sus encuentros. Solicitó su ayuda para reforzar las defensas aéreas de Ucrania y prevenir futuros ataques rusos a sus ciudades e infraestructuras, como su red eléctrica.
Zelenski hizo mención a su llamado ‘Plan de la Victoria’, cuyos detalles se desconocen, pero que tendría como elemento principal que Washington aumente el apoyo a Kiev antes de que Biden deje la presidencia en enero de 2025.
En una reciente reunión en la Casa Blanca con Biden, el líder ucraniano ya había mencionado este plan. Este encuentro fue justo después del anuncio del gobierno estadounidense de un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania de 8.000 millones de dólares, que incluye bombas capaces de golpear objetivos rusos a 130 kilómetros de distancia.
Según un comunicado de la campaña de Harris, este ha sido su séptimo encuentro con Zelenski. Se había reunido con el líder ucraniano cinco días antes de la invasión masiva que Rusia inició el 24 de febrero de 2022, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en Alemania.
Harris se ha comprometido a continuar el respaldo a Ucrania manifestado por la administración de Biden, en contraposición, Trump ha afirmado recurrentemente que, si retorna a la presidencia, resolvería el conflicto entre Moscú y Kiev en un día, aunque no ha detallado de qué manera lo haría. En un mitin reciente en Carolina del Norte, Trump criticó a Zelenski al alegar que los Estados Unidos continúa inyectando «miles de millones de dólares a un hombre que se niega a llegar a un acuerdo» para dar fin al conflicto con Rusia. Zelenski había dejado entrever que tendría un encuentro con Trump esta semana, sin embargo, la campaña de Trump ha negado que existiera algún pacto oficial para tal reunión. De acuerdo a fuentes mediáticas estadounidenses, Trump no quería encontrarse con Zelenski porque la reciente entrevista que el presidente ucraniano concedió a la revista The New Yorker, donde afirmó que creía que el expresidente «realmente no sabe cómo detener la guerra», no fue de su agrado.
