José Luis Rodríguez Zapatero, el exmandatario, ha interrumpido dos meses de mutismo respecto a Venezuela, sin aportar nada nuevo. Por lo menos nada desconocido, es decir, admitió su rol de mediación con el gobierno de Nicolás Maduro, denominándolo «un deber facilitador», para que el opositor venezolano, Edmundo González Urrutia, pudiera salir de su país natal y buscar refugio en España.
Prefiere no entrar en más detalles, manteniendo su gestión bajo el manto de la «discreción». Como un ‘optimista antropológico’, ha afirmado que «tarde o temprano» se buscarán soluciones políticas en la nación sudamericana en la que ha estado fungiendo desde hace ya varios años.
El ex líder socialista llegó al Ateneo de Madrid para la presentación del libro ‘La democracia y sus derechos’ (Península), el cual dirigió. En lo que fue un acontecimiento «alegre», sus allegados y seguidores elogiaron su papel significativo en la expansión de «derechos y libertades» durante su periodo presidencial (2004-2011). No obstante, se enfrentó a manifestantes críticos en la entrada, quienes protestaban contra él y contra Maduro.
Al ser preguntado por los sucesos que ocurrieron en Venezuela a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio, a las que asistió como observador internacional, Zapatero prefirió no emitir ninguna declaración. Ha declarado a los medios que se mantiene en su posición para conservar «la confianza de la mayoría» que ha confiado en su labor de mediación.
«Estoy en deuda con aquellos que han jugado un papel» en la fuga de González Urrutia, quien alega haber sido objeto de intimidación por el régimen chavista en la vivienda del embajador español en Caracas. «Prudencia», ha insistido antes de subir al podio del Ateneo, donde los conferenciantes se han desbordado con halagos sobre el progreso democrático que ha tenido lugar en España durante sus gobiernos, impulsando leyes como el matrimonio igualitario, la ley de dependencia y acciones para combatir la violencia de género.
«Debo mencionar que cuando alguien aboga, cuando alguien intercede, tiene que ser extremadamente respetuoso. Es un derecho y un deber mantener la circunspección y la lealtad hacia aquellos que han permitido, deseadamente, que desempeñes un papel en alguna tarea», señaló.
José Luis Rodríguez Zapatero ha roto dos meses de absoluto silencio sobre Venezuela para no revelar nada. O, al menos, nada que ya no se supiera, es decir, que intervino con el régimen de Nicolás Maduro -«la tarea de facilitación», en sus palabras- para que el líder opositor venezolano, Edmundo González Urrutia, huyera de su país y buscara refugio en España. Una mediación que prefiere mantener en la esfera de la «prudencia», sin proporcionar más detalles. Como buen ‘optimista antropológico’, ha proclamado que «más tarde o temprano» habrá esfuerzos para alcanzar una solución política en el país sudamericano donde ha estado trabajando durante años.