Han pasado casi dos meses sin noticias de nuestro expresidente Zapatero. Se le vio por última vez a finales de julio en Venezuela, donde participó como observador de las elecciones. Tan pronto como surgió la noticia de que Maduro estaba manipulando los comicios a favor del chavismo, Zapatero desapareció de la vista pública.
No comentó nada en relación con este masivo fraude electoral y, en lugar de ello, pareció evaporarse. Sin embargo, hemos tenido noticias de él este martes. Según algunos informes elogiosos, Zapatero jugó un papel importante en las negociaciones que permitieron al ganador de las elecciones, Edmundo González, huir de Caracas y dirigirse a Madrid.
Pero, tras las denuncias del legítimo líder electo de Venezuela, que afirma haber sido amenazado y coaccionado en la residencia del embajador español, solo podemos esperar que esta situación tan vergonzosa no tenga nada que ver con nuestro expresidente. No es que exijamos pruebas de la vida de Zapatero, pero sí de la confianza en él. Necesitamos tener la esperanza de que no está actuando como aliado del chavismo y que su silencio no es una negación a alegar el fraude electoral en el que Maduro ganó aplastantemente a la oposición. Este martes podría ser el día. Se supone que presentará un libro que ha coeditado sobre la democracia y sus derechos, tanto en España como en la afligida Venezuela, en el Ateneo de Madrid. No puedo pensar en una razón o lugar mejor para romper este silencio que ha dañado la reputación de Zapatero. Veremos qué comunicará… o lo que no.
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