OneToro, la cadena que suplantó a Movistar con la finalidad de reanimar la tauromaquia, recientemente ha declarado que no va a transmitir la Feria de Otoño en Madrid y la Feria de San Miguel en Sevilla por la falta de viabilidad financiera.
Solicitan una renegociación de términos.
En 2023, el universo taurino experimentó una verdadera convulsión. Después de una década en la que Movistar Plus había sido la encargada de transmitir los toros, una compañía nueva se estableció para asumir el control y levantar el espíritu de los aficionados.
Por primera vez desde la década del 90, la plataforma ex Canal+ perdía los derechos, y el cambio se presentaba desde una empresa desconocida dirigida por un líder empresarial alemán con base en Delaware. La audaz iniciativa fue celebrada por las figuras destacadas del toreo. Sin embargo, menos de dos años después, el proyecto se encuentra al borde de su tercer aviso.
OneToro, la cadena de pago que surgió de esta innovadora idea, recientemente ha anunciado que no podrá transmitir dos de las ferias más importantes en los próximos meses. Los suscriptores no podrán ver la Feria de Otoño de Madrid ni la Feria de San Miguel de Sevilla. ¿La razón? Según la empresa, las cifras no son favorables ni parecen poder serlo en el futuro si no hay cambios. Lo han expresado claramente en un comunicado en el que revelan su transparencia. La entidad ha perdido más de 12 millones de euros en menos de dos años de funcionamiento y las suscripciones no alcanzan lo esperado. Indican que su única salida sería renegociar los contratos de derechos de imagen y que la industria colaborase en la viabilidad del proyecto.
En febrero pasado, se dio a conocer un año de televisión sin precedentes en la esfera de la tauromaquia, con planeadas 117 corridas, seis series de producción propia con más de 180 episodios, recopilaciones de eventos en más de 40 lugares y emisiones especiales nunca antes vistas. A pesar de la programación impresionante, no se logró superar los 60.000 suscriptores hasta julio, en el pico de la temporada, tal como manifiestan los gerentes en el informe. En otras palabras, el público dispuesto a pagar por este contenido nunca proporcionará los ingresos necesarios para cubrir las sumas astronómicas requeridas por los derechos de imagen para transmitir una corrida en vivo. Por tanto, desde una perspectiva económica, los precios que la industria pretende cobrar por los derechos de imagen no están acorde a la realidad.
El informe llega tras casi dos años de constantes cambios en el proyecto. Moritz Roever, el primer CEO de OneToro y líder del proyecto original, hace tiempo que se ha retirado del foco público. OneToro LLC., la empresa de Delaware que respaldaba la plataforma original, cedió su lugar a una empresa española ubicada en Mairena del Aljarafe, Sevilla, dirigida por varios socios vinculados a la tauromaquia. Finalmente, poco después del inicio de sus emisiones, cambió incluso el nombre del canal. El canal inició bajo el nombre de «[Mundotoro TV],» utilizando la marca de un medio especializado, pero pronto se presentó un nuevo logo.
A lo largo de estas etapas, la plataforma inexperta fue adquiriendo impulso. Su inicio estuvo marcado por fallas técnicas que generaron críticas severas por parte de sus suscriptores, pero logró corregirlas y consolidar todas las ferias y proporcionar contenido taurino al máximo con la intención de convertirse en el hogar de la fiesta taurina. Contaba con el respaldo inicial de Las Ventas desde su lanzamiento y se unieron a ella casi todas las empresas gestoras de las grandes plazas con la ambición de mejorar la situación de la fiesta y sus efectos económicos. Sin embargo, hasta ahora no lo ha logrado.
De forma interesante, el conflicto principal con OneToro comienza donde empezó la ruptura con Movistar: en la feria de Otoño de Las Ventas. En su versión de 2022, no se transmitió por televisión debido a desacuerdos económicos. Lo que nadie sospechaba en ese momento era que este desacuerdo sería el preludio de una nueva fase en la industria taurina. A principios de febrero de 2023, Plaza 1, la empresa que maneja Las Ventas, soltó una bomba: habían vendido los derechos de transmisión de la plaza a OneToro para los próximos tres años. Ahora parece que se quedará sin cámaras una vez más.
«Sólo 1 de cada 4 espectadores paga por OneToro»
El análisis del problema coincide con los temores que existían en años recientes con Movistar. Cada vez menos abonados pagaban para ver las corridas de toros y no había manera de hacer que el espectáculo fuera rentable. Según fuentes de Movistar informaron a El País, en 2023, Canal Toros era deficitario. Cuando OneToro llegó, los suscriptores del canal de Movistar no excedían los 20.000, aunque guardaban la esperanza de que aumentaran a 50.000 con la transmisión de las ferias de Sevilla y Madrid. «Estas son cifras muy lejanas a los más de 100.000 suscriptores que el canal tuvo hace algunos años», destacaban.
Actualmente, la plataforma emergente cuenta con una base de suscriptores de 53.504, según sus propios registros. No obstante, argumentan que la falta de abonados no reside en el desinterés por el contenido, sino más bien en la renuencia a pagar por él, con una considerable proporción eligiendo tomar la vía pirata para acceder a la señal.
En una declaración reciente, el portal delineó que sus análisis de mercado sugerían una meta de 200.000 suscriptores, solo en el territorio español. Sin embargo, lo inesperado para la compañía fue descubrir que solo 1 de cada 4 de los espectadores que ven el canal, lo hacen de modo legal y a través de una suscripción. Esta proporción se reduce considerablemente en lugares como México y Perú, donde sólo 1 de cada 20 se adhiere a esta práctica. Básicamente, no están preparados para desembolsar dinero por este contenido, optando en cambio por enlaces piratas, pese a que el costo promedio de un espectáculo en Onetoro TV es de 1,28 euros.
Aún es incierto cómo OneToro saldrá adelante en medio de esta circunstancia. Confirman que sus financiadores privados no quieren continuar invirtiendo «sin un acuerdo considerable que garantice la sostenibilidad del proyecto». Reportan que en este período han invertido directamente 20 millones de euros en derechos de imagen, y más de 7 millones de euros en la producción y promoción de la tauromaquia. Sin embargo, esperan que su plan para 2025 haga viable el proyecto con el respaldo de la industria y la regularización de los derechos de imagen.
No obstante, la cuestión de la piratería parece ser un problema complicado de resolver, y a esto se suman inquietantes cifras sociológicas. De acuerdo con información del Ministerio de Cultura y Deporte, actualmente no existe un grupo de edad que muestre «escaso o nulo interés» en las corridas de toros en más de la mitad de sus miembros. Al examinar el extremo opuesto, el de los entusiastas apasionados, encontramos que apenas alcanza el 5% entre los jóvenes, y ni siquiera llega al 10% en el grupo de mayor interés, aquel de más de 75 años. Como si esto no fuera suficiente, este último grupo también muestra una fuerte resistencia a cambios como cambiar su decodificador habitual por una suscripción a un servicio de streaming.
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