Con la llegada del otoño, muchas personas se preguntan cuándo se producirá el cambio horario para adaptarse al horario invernal. Este evento, que ocurre dos veces al año, genera expectativas diversas; algunos lo esperan con entusiasmo, mientras que otros lo ven como un inconveniente.
El cambio de hora esta vez se producirá el domingo 27 de octubre de 2024, cuando España se despida del horario estival y acoja el horario invernal. ¿Cuál es la implicación de esto? En resumen, a las 3:00 a.m., deberemos retrasar nuestros relojes a las 2:00 a.m.
Así proporcionaremos una hora adicional de sueño esa misma noche. Por otro lado, para aquellos en las Islas Canarias, este ajuste se hará una hora antes: a las 2:00 los relojes serán atrasados a la 1:00.
Esta convención, que ha estado en vigor en España desde 1974, busca aprovechar de mejor manera la luz natural y reducir el consumo de energía. Sin embargo, su eficiencia ha sido objeto de discusiones en años recientes. Incluso, la Comisión Europea ha sugerido su posible supresión, pero hasta ahora, continuamos con el habitual «cambio horario».
Anticipamos los días más breves del año.
La llegada del horario invernal conlleva una reducción en la longitud de los días, lo que implica que la puesta del sol se dará considerablemente más temprano por la tarde, aunque saldrá un poco antes durante la mañana. Este ligero ajuste en la configuración del tiempo es bien recibido por algunos, pero no todos lo aceptan con el mismo entusiasmo. Para una gran cantidad de individuos, esta modificación horaria puede perturbar sus ciclos de sueño, lo que puede resultar en insomnio, fatiga o incluso alteraciones del estado de ánimo en los días iniciales después de la alteración.
Entonces, si eres de aquellos que mantienen una rutina rigurosa y experimentas los efectos de esta transición, la recomendación más adecuada es adelantarte a la situación. Intenta adaptar tus horarios de forma progresiva en los días que anteceden al cambio para evitar sorpresas y para que tu organismo no se vea tan afectado.
A pesar de que la eficacia del ahorro energético que busca este ajuste es cada vez más debatida, lo cierto es que continuamos adaptando nuestras manecillas de reloj cada octubre y marzo. De acuerdo con el Boletín Oficial del Estado (BOE), dicho hábito se mantendrá, por lo menos, hasta el año 2026.