El legendario personaje ficticio, Conde Drácula, encuentra sus raíces en la historia real a través de Vlad Tepes ‘El Empalador’, un líder de Valaquia (actual Rumanía) que existió en el siglo XV. En el corazón de esta zona se ubica el castillo de Poenari, un baluarte construido por Tepes y considerado como la verdadera residencia del personaje histórico que inspiró el mito del vampiro.
Tras años de abandono, pronto se abrirá al público. Según el periódico The Sun, Poienari fue dejado en el olvido y sufrió una serie de terremotos en los años 1900, los cuales arruinaron la mayor parte del castillo. Tras una extensa restauración, se va a inaugurar al público por primera vez.
Adrian Bughiu, vicepresidente del Consejo del condado de Arges, espera que la atracción arribe a los 300.000 visitantes en el primer año. Cornel Popescu, director del Museo del Condado de Arges, afirma que Poienari es el auténtico castillo de Vlad Tepes, a diferencia del castillo de Bran, un monumento nacional en Transilvania que no tiene conexión con el personaje. «Vlad el Empalador, o Drácula, tuvo tres reinados. Durante su segundo éste, creó solo tres monumentos: los monasterios de Comana y Snagov y el castillo de Poienari», afirma Popescu. «El castillo de Bran no tiene vínculo con Vlad el Empalador. Él no mandó construir ese castillo, es simplemente una táctica de marketing turístico. El verdadero castillo de Vlad el Empalador es el castillo de Poienari», sostiene. Popescu añade que a la fortaleza, a la que solo se accede subiendo 1.500 escalones, nunca fue tomada por los adversarios de Vlad Tepes, pese a varios intentos.
La inexpugnabilidad de la fortaleza, situada en una ubicación impresionante y de difícil acceso, ha quedado demostrada a lo largo de la historia, incluso frente a numerosos intentos por parte de los turcos por hacerse con ella. Así lo indicó nuestro informante. Se llevó a cabo una restauración de la fortaleza en el año 1459, obra que fue supervisada por Vlad el Empalador. Durante el proceso, utilizó esclavos como mano de obra y, lamentablemente, muchos de ellos encontraron la muerte al caer desde el precipicio de 800 metros que se halla bajo el castillo durante la realización de los trabajos de construcción.
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