Ocasionalmente, escuchamos en las noticias sobre perros o gatos que viajan largas distancias para regresar a sus hogares, sin embargo, pocos han hecho un viaje tan largo como Rayne Beau, un gato de Estados Unidos que caminó 1.500 km para reunirse con su familia.
Durante una excursión familiar al Parque Nacional Yellowstone, en Wyoming, en junio, Rayne Beau se perdió en los bosques, explicaron sus dueños, Benny y Susanne Anguiano, a USA Today. Residiendo en Salinas, California, la pareja creyó que habían dicho adiós a su adorado animal de compañía.
No obstante, dos meses más tarde, un refugio de animales en Roseville, situado a unos 30 minutos al noreste de Sacramento, les contactó para decirles que Rayne Beau estaba listo para ser recogido. Los Anguiano no perdieron la esperanza a pesar de la creciente angustia. Benny señaló que los funcionarios del parque habían afirmado que algunas mascotas desaparecidas son descubiertas meses después. La visión de un arco iris doble al cruzar la frontera estatal hacia Idaho garantizó a Susanne que Rayne Beau estaba en buenas manos. La confusión invadió a la pareja cuando el 3 de agosto recibieron una llamada del refugio Placer SPCA en Roseville, informándoles que habían localizado a su gato. Cautelosa ante un posible engaño, Susanne solo creyó en la posibilidad cuando su marido y su hija también fueron contactados. Benny narró: «Les pedí que me enviaran una foto del gato para confirmar que no iba a conducir tres horas y media en vano». Cumplieron su solicitud y tras 20 minutos recibieron una foto; era su gato. «Cuando lo confirmamos, comenzamos a llorar. Nos abrazamos y sollozamos», compartió Susanne. Rayne Beau y Starr Jasmine, su compañera, volvieron a dormir, jugar y brincar juntos tras un periodo de separación.
En la actualidad, la pareja es dueña de tres gatos, uno de ellos el recién adoptado Maxx, que se unió al hogar para hacer compañía a Starr en su soledad. No queda muy claro cómo Rayne Beau consiguió trasladarse desde Wyoming hasta California, sin embargo, su estado mostraba signos de haber atravesado un periodo complicado. Según Susanne, el felino llegó con las patas callosas, resecas y con grietas. Al parecer, Rayne Beau solo pesaba entre 3 y 4 kilos, casi la mitad de lo que solía pesar que eran 6 kilos. Los profesionales veterinarios concluyeron tras analizar su sangre que presentaba bajos niveles de proteínas debido a una nutrición deficiente, lo que llevó a sus dueños a pensar que había estado desatendido durante los 60 días de ausencia. «El pobre parecía tener entre seis y nueve meses, era muy pequeño, sólo piel y huesos. Había perdido la mitad de su peso corporal», explicó Benny, «estaba desnutrido. Pero ahora ya ha logrado recuperarse», agregó. Susanne compartió que tanto Rayne Beau como Starr tienen un microchip insertado, tal y como lo requiere el albergue local de rescate animal del que los adoptaron. No obstante, agradeció que no fuera Starr la que se escapó, pues perdió su microchip poco después de ser esterilizada siendo aún una gatita, según el refugio local que realizó el procedimiento. Susanne hace un llamado a todos los propietarios de mascotas, tanto perros como gatos, a que no solo les coloquen un microchip, sino que también registren el nombre y los datos de contacto del dueño, dado que la vida puede tener muchos giros inesperados. «Si realmente quieres a tu mascota, debes hacerlo», dijo Susanne, «debes hacerlo si alguna vez quieres volver a verla, porque cualquier cosa puede suceder. No importa cuán cuidadoso seas, los animales son impredecibles y pueden escaparse, como nos sucedió a nosotros», concluyó.
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