En 1951, Luis Armando Albino, un pequeño de seis años, desapareció misteriosamente en un parque de West Oakland, California, donde estaba jugando junto a su hermano mayor, Roger, de diez años. Fue engañado por una mujer que prometió comprarle dulces y luego fue llevado en avión a la costa este del país, donde una pareja lo crió como si fuera su propio hijo en la ciudad de Nueva York.
A pesar de la tragedia, la madre de Luis mantuvo siempre la esperanza de que su hijo regresaría algún día. Sin embargo, murió en 2005 a la edad de 92 años sin conocer el destino de su hijo.
Pasaron 73 años desde aquel fatídico día, y solo hace unas semanas se supo la verdad del caso.
Todo se inició gracias a Alida Alequin, sobrina de Luis, quien decidió usar muestras de ADN y viejos recortes de periódicos para descubrir que fue de su tío. Alida, de 63 años, visitó Oakland con la determinación de localizar a su tío desaparecido. Gracias a la colaboración del Departamento de Justicia, el FBI, y la policía local, logró desentrañar la increíble historia.
Al encontrar a su tío perdido, Alida descubrió que Luis había tenido una vida llena de experiencias: había servido como bombero, cumplido dos períodos de servicio en Vietnam con el Cuerpo de Marines, y había llegado a ser padre y abuelo. Con esta revelación, por primera vez en más de siete décadas, los hermanos Luis y Roger, ahora octogenarios, tuvieron la oportunidad de reencontrarse, un milagro posible gracias a la tenacidad de Alida Alequin. Esta asombrosa historia ha capturado la atención de los medios de comunicación alrededor del mundo.
Desafortunadamente, el reencuentro llevaba un toque de tristeza porque Roger estaba en fase terminal debido a un cáncer. Según Alequin, ambos se abrazaron de manera intensa y luego conversaron tranquilamente. Hablaron sobre sus vivencias pasadas, incluyendo su tiempo al servicio en el ejército y sobre los eventos que llevaron al secuestro. Luis tuvo un último encuentro con su hermano Roger en julio, el cual falleció un mes más tarde, en agosto. Alequin considera que Roger murió en paz y contento, sabiendo que habían hallado a su hermano. “Me alegra haber podido darle ese confort y paz”, añadió.
La sobrina está convencida de que su abuela, madre de Luis, habría estado “muy contenta, sin lugar a dudas. No lo olvidó”. “Ella siempre mantenía la esperanza de que él seguía vivo. Ansiaba verlo. Nunca perdió esa ilusión”, comentó. Alida Alequin prosiguió: “Estoy muy contenta de haber podido hacer esto por mi madre y mi tío. Fue un final feliz». “Siempre tuve la determinación de encontrarlo y, tal vez, si mi historia se hace pública, podría servir de ayuda a otras familias que estén afrontando una situación similar. Diría: no te rindas”, agrega.
Aún cuando Luis Armando no ha hablado con la prensa, sí rememora algunos aspectos de su cautiverio. Nadie cercano a él en Nueva York quiso responder cuestiones sobre las condiciones de su secuestro, y él no fue informado de lo que ocurría. Aquellos a quienes creyó eran sus padres ya fallecieron. Luis, que era uno de cinco hermanos, estaba jugando en lo que en su día se llamaba el Parque Jefferson Square de West Oakland cuando fue secuestrado.
La fuerza policial, junto a miembros de la Guardia Costera y militares, realizaron una exhaustiva búsqueda en la región y la bahía de San Francisco tras el rapto de un individuo. Roger, el hermano de la víctima, fue frecuentemente interrogado, afirmando que el responsable del rapto fue una fémina que portaba un pañuelo en la cabeza. Adicionalmente, el FBI participó en la investigación, que con el paso del tiempo fue perdiendo momentum y finalmente se archivó. La angustiada madre de Luis persistía en su contacto con la oficina de personas desaparecidas en busca de actualizaciones, disminuyendo su frecuencia con los años hasta llegar a ser anual. Fue en 2020 cuando Alida Alequin, sobrina del desaparecido, descubrió mediante un test de ADN casual que tenía un 22% de compatibilidad genética con Luis, a quien desconocía. A pesar de sus esfuerzos, no recibió respuestas a sus intentos de contacto. Posteriormente, las hijas de Alida retomaron la investigación, centrando su búsqueda en internet, donde hallaron fotografías de Luis en un rincón escondido de la Biblioteca Pública de Oakland, confirmando que se trataba de su tío desaparecido. Esta revelación provocó la reactivación del caso por parte del FBI y el Departamento de Justicia del estado, quienes lograron localizar a Luis en la Costa Este y confirmar su identidad mediante una muestra de ADN. Tras corroborar su hallazgo, los investigadores informaron a la madre de Alida, hermana del desaparecido. «Mi corazón sabía que era él. Cuando me confirmaron la noticia, exclamé un gran ‘¡SÍ!'», manifestó Alida. «No pudimos contener las lágrimas hasta que los investigadores se marcharon», reconoció. «Tomé las manos de mi madre y le dije: ‘Lo encontramos’. Estaba en éxtasis», concluyó.
El FBI confirma que la investigación del secuestro perdura, pese a que el caso del individuo que se encontraba desaparecido ha concluido.