Categorías: Crónica
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22 septiembre, 2024 8:22 am

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La costumbre de tomar vacaciones durante todo el mes de agosto está perdiendo popularidad. Cada vez son menos los españoles quienes eligen pasar un mes completo fuera, prefiriendo en cambio unas vacaciones más cortas de quince días o menos antes de retomar su rutina diaria.

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Ángela García y Beatriz Plana son representantes de esta tendencia creciente que, tal como los expertos afirmaron, se ha afirmado durante este verano culminado oficialmente el domingo pasado. «Los precios estaban exorbitantes, es inadmisible», resalta Beatriz en relación a esta situación.

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Sin embargo, no son los únicos casos. Un análisis hecho por el CIS revela que aproximadamente el 80% de los turistas este año han seguido la misma pisada. «Un mes entero de vacaciones se ha vuelto inalcanzable para gran parte de las familias», afirma Roberto Barbeito, profesor de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Un motivo destacado es la elevación de precios, particularmente en el alquiler de propiedades turísticas, algo que Beatriz ha experimentado. Habitualmente se disponía a pasar un mínimo de 20 días con su familia en algún sitio de España. Sin embargo, este año sólo pudieron ir a Huelva durante una semana. «Apartamentos que alquilábamos otros veranos por 1.000 euros a la semana, ahora costaron 2.500», detalla, destacando también el aumento significativo en los precios de la alimentación. «¿Todos enloquecieron?», se cuestiona.

«La vida se ha puesto demasiado cara».

Barbeito subraya la influencia significativa de la industria turística en el incremento de la tendencia a viajar menos durante el verano. Señala que antes, un viaje de un mes solía costar 2.000 euros, mientras que ahora es la misma cantidad pero para solo cinco días. Agrega que «hoy en día, no muchas personas pueden permitirse tales costos». Rebeca Cordero, una profesora de sociología de la Universidad Europea de Madrid, concuerda que hay un incremento en el costo de vida. Por ejemplo, el aumento en las tasas de interés de las hipotecas ha llevado a una disminución en la capacidad de ahorro, lo que lleva a muchas personas a acortar sus vacaciones. Ambos expertos coinciden en que este aumento notable en esta tendencia, que es común en otros países, está vinculada a una disparada excesiva en la inflación impulsada por ciertos eventos, como el conflicto en Ucrania.

Los precios más altos también han impactado a Ángela, quien ha dividido sus vacaciones para pasar tiempo con amigos en septiembre, un mes que les resultaba más conveniente «por razones económicas». Sin embargo, añade otro factor crucial para esta nueva distribución de sus vacaciones de verano: la necesidad de equilibrar la vida familiar. Según Barbeito, es común que las responsabilidades laborales impidan pasar un mes completo con amigos y familiares. Cordero añade que esta situación es aún más difícil cuando se tienen personas a cargo.

«Es bastante difícil tomar tantos días seguidos», comenta Ángela. A diferencia del año anterior, en el que ella y su esposo tuvieron tres semanas consecutivas de vacaciones, este año disfrutó de una semana en la costa de Alicante y ahora está ansiosa por sus próximos 14 días en Brujas, Ámsterdam y Utrecht.

Viajes y pausas.

Fernando Vidal, un docente de Sociología en la Universidad de Comillas, refuerza la idea de cómo las vacaciones se fragmentan cada vez más. Este fenómeno se atribuye a una mayor necesidad de experiencias intensas que se disfrutan durante el viaje, seguidas de un periodo de descanso antes de emprender otra aventura emocionante. Barbeito comparte la misma perspectiva, expresando que dividir las vacaciones favorece una mejor organización en todo el año permitiendo más descansos.

Vidal enfatiza cómo esta tendencia ha cambiado tradiciones, como no viajar en Navidad para pasar tiempo en familia. Ahora, se observa un incremento de viajes durante estas festividades. Este cambio, llamado «desestacionalización», significa que las ofertas de viajes son cada vez más comunes incluso fuera de los meses de verano, que a su vez, conduce a la mencionada fragmentación de las semanas de vacaciones.

A esto se suma otro factor: la expansión del teletrabajo. Vidal subraya que la flexibilidad horaria también afecta la programación de las vacaciones.

Los resultados de una encuesta revelan el impacto de estos factores en la reducción de las vacaciones de verano, siendo en la actualidad solo un 20,3% quien se toma más de dos semanas.

Otros hallazgos del estudio del CIS señalan que un 45,2% prefieren hospedarse en hoteles o apartahoteles en sus vacaciones, mientras un 12,5% optan por alquilar una vivienda completa o apartamento. Esta última opción es el caso de Ángela y su esposo, quienes suelen alquilar departamentos. Beatriz, otra encuestada, también favorece esta opción para sus viajes familiares.

Simultáneamente, la opción predilecta para las vacaciones tiende a ser la playa, siendo escogida por aproximadamente el 53% de los ciudadanos españoles, en contraste con el turismo enfocado en la cultura, el cual es elegido solo por un 38,3% de la población. Entre este grupo se encuentra Ángela, quien con su esposo y amigos, planea recorrer los lugares más icónicos de tres ciudades diferentes durante las próximas dos semanas de viaje.

Además, el CIS ha mostrado que más del 90% de los españoles califican el ocio y el tiempo de descanso como «muy o bastante importantes». Ángela y Beatriz se unen a esta perspectiva, ya que, a pesar de haber tenido unas vacaciones más cortas este año, las han disfrutado intensamente.

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