Aunque el azúcar es un producto amado y muy consumido globalmente, no podemos ignorar los efectos dañinos que tiene, como la diabetes y la obesidad, que se asocian con su ingesta excesiva. Pero, ¿qué pasa con nuestro cuerpo cuando dejamos de comerlo? Los resultados de abandonar el consumo de azúcar son realmente impactantes, tanto para la salud física como mental.
El primer cambio observable es la reducción de calorías consumidas, ya que los productos con azúcar suelen tener un alto contenido calórico y pocos nutrientes vitales. Chris Mohr, nutricionista consultado por la revista Best Life, explica que al disminuir la ingesta de azúcares, incrementamos la absorción de vitaminas y minerales al optar por alimentos más saludables, además de perder peso, dado que el azúcar, en casi todas sus variantes, tiene muchas calorías.
Además, al eliminar por completo la sacarosa de la dieta, las subidas de insulina no ocurren tan a menudo y no son tan altas, mejorando así la resistencia del cuerpo a esta hormona. Mohr confirma que «disminuir el azúcar en la dieta permite un mejor manejo de los niveles de insulina». Sorprendentemente, no consumir alimentos azucarados reduce el apetito y la necesidad de comer, según lo indica la nutricionista Catherine Gervacio. De acuerdo a la especialista, al bajar la ingesta de este disacárido en nuestra dieta, nuestro gusto se modifica, nos acostumbramos y empezamos a disfrutar de alimentos naturalmente dulces, como ciertas frutas. Antiguamente se creía que el azúcar contribuía a mantener la energía constante, pero sin su consumo, nuestro organismo se adapta y mejora el rendimiento físico. En países como Estados Unidos, según la Asociación Americana del Corazón (AHA), el consumo promedio supera la recomendación diaria.
El consumo adecuado de nutrientes favorece la salud intestinal, logrando un óptimo balance bacteriano, según afirma el especialista en salud digestiva, Daryl Gioffre. Las implicaciones más relevantes se refieren a cómo puede influir positivamente en nuestra salud, ya que eliminar este ingrediente de nuestra dieta podría disminuir las probabilidades de padecer enfermedades metabólicas o del sistema cardiovascular. La nutrióloga Lindsay Delk aclara que «contribuye a la disminución de la inflamación en el organismo, potencia la salud cardiovascular y reduce la tensión arterial». Desistir del consumo de sacarosa no solo trae beneficios físicos, también incide en nuestra salud emocional, ya que de acuerdo a distintos estudios, su ingesta está vinculada a trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión. Sumado a un estilo de vida saludable, eliminar el azúcar podría tener efectos positivos en tu estado anímico.
