El tercer evento semanal de Gran Hermano inició con la controversia suscitada por la salida de Silvia Rolek, tras ser revelado su secreto en el confesionario por Elsa Mateos. Esta noticia fue impactante tanto para Silvia como para Lucía, su hermana, que expresó su frustración a sus compañeras y hasta manifestó su intención de renunciar al programa.
«Creo que Lucía y Silvia son hermanas y no comparten hogar», indicó Elsa en el confesionario después de oir a Silvia decir: «Paso mucho tiempo en soledad». Esta declaración fue suficiente para que los organizadores decidieran expulsarla. Esta resolución afectó mucho a su hermana, quien la consideró «injusta», y la dejó bastante molesta.
«No puedo creer que a nosotras que lo estemos haciendo tan bien… De ellos dudan muchísimo más. Hasta he oído que son pareja», indicó Lucía Rolek, refiriéndose al secreto de Nerea y Luis. En respuesta a sus quejas, Jorge Javier Vázquez dijo: «Hay muchas especulaciones, pero no los han sorprendido». Sin embargo, las palabras del presentador no lograron calmar las tensiones, como se evidenció en las reacciones de Lucía. «Esto me parece totalmente sucio porque yo no ingresé como una participante común, tuve que pretender ser alguien que no soy», le reveló Lucía a Violeta y Laura. «¡Por favor! ¿Me han hecho firmar eso? ¿Dónde está escrito?», protestó la concursante. Su ira llegó hasta tal punto que aseguró que quería abandonar la casa: «No me importa, me voy, estoy completamente segura. No quiero vivir esto, me siento engañada». Por ahora, Lucía sigue en la casa y no se sabe qué decisión tomará.
Lo que ignora es que su hermana no ha sido desalojada de manera permanente, sino que está en la morada oculta.