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Un grupo de científicos ha detectado una ristra de biomarcadores claves que permiten anticipar el agravamiento de la discapacidad en pacientes con esclerosis múltiple. Este estudio observacional fue llevado a cabo en trece centros hospitalarios de España e Italia bajo la dirección de Enric Monreal, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria, y se presentó en la reunión anual del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS).

Según un comunicado de ECTRIMS, este hallazgo podría revolucionar las tácticas de tratamiento de millones de enfermos de esclerosis múltiple y abrir la puerta a terapias más personalizadas y efectivas.

En la esclerosis múltiple, los pacientes adquieren incapacidad por dos rutas principales.

Por un lado, está el incremento gradual de la incapacidad causado por una recuperación insuficiente después de una recaída, que se llama empeoramiento asociado a una recaída (RAW, por sus siglas en inglés). Por el otro, existe una evolución gradual de la incapacidad que ocurre independientemente de cualquier actividad de recaída, a lo que se le conoce como progresión autónoma de la actividad de recaída (PIRA).

El grupo de investigación encontró que unos niveles altos en sangre de la proteína sNfL, que señala daño en las neuronas, al inicio de la patología puede indicar tanto el RAW como la PIRA. Junto a eso, unos niveles altos en sangre de la proteína sGFAP, que se libera al flujo sanguíneo cuando el sistema nervioso central está dañado o inflamado, se asocian con la PIRA en enfermos con niveles bajos de sNfL. Para la investigación, se examinaron muestras de sangre de 725 enfermos tomadas en los doce meses posteriores al comienzo de la enfermedad.

Monreal indicó que la detección de sNfL y sGFAP como marcadores de predicción nos permite personalizar las tácticas de tratamiento de individuos que padecen de esclerosis múltiple de manera más efectiva. Aquellos pacientes que presentaban bajos niveles de ambos biomarcadores tenían un buen pronóstico y podían hacer uso de terapias estándar modificadoras de la enfermedad (DMT) inyectadas u ingeridas por vía oral. Sin embargo, niveles altos de sNfL sugerían la necesidad de aplicar tratamientos de DMT de alta eficacia para evitar el deterioro de la discapacidad. Aquellos pacientes con alta presencia de sGFAP y baja presencia de sNfL pueden requerir nuevas estrategias de tratamiento, añadió el investigador.

Estos descubrimientos indican que existen distintas rutas en la esclerosis múltiple que poseen «implicaciones terapéuticas significativas», según Monreal, ya que los tratamientos estándar actuales de la enfermedad suelen enfocarse en el sistema inmunológico adaptativo periférico sin afectar la inmunidad del sistema nervioso central. Es por ello que es de suma importancia identificar a aquellos pacientes con niveles de inflamación periférica elevados para prevenir la discapacidad y mejorar su pronóstico.

Los resultados del estudio enfatizan la necesidad de un enfoque de tratamiento personalizado para tratar de forma efectiva a los millones de individuos que padecen de esclerosis múltiple alrededor del mundo, muchos de los cuales sufren de una discapacidad crónica.

Los descubrimientos relevantes de la investigación sugieren que niveles altos de sNfL, indicadores de inflamación aguda dentro del sistema nervioso central, están asociados con un 45% más de riesgo de RAW y un 43% de incremento en el riesgo de PIRA. Por otro lado, aquellos enfermos con niveles elevados de sGFAP, que es un indicador de inflamación más localizada en el sistema nervioso central, y niveles bajos de sNfL, experimentaron un aumento en el riesgo de PIRA de hasta un 86%.

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