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El líder disidente venezolano Edmundo González acusó al gobierno de Nicolás Maduro de coacción y chantaje en la residencia del embajador español en Caracas para permitirle abandonar el país, algo que está intentando ser abordado por el Gobierno. Según funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno no participó en «ningún documento o negociación» entre González y el régimen.

El miércoles, el presidente de la Asamblea venezolana reveló un documento firmado por González, aceptando su derrota electoral. González, el líder de la oposición, afirma que se vio forzado a firmarlo si quería dejar Venezuela con destino a España. Todo esto alegadamente ocurrió en la residencia del embajador español en Caracas.

Cuando González solicitó refugio en la residencia del embajador español, el Ministerio a cargo de José Manuel Albares se aseguró de que él estuviera libre de hacer cualquier gestión necesario en relación a su situación. Aún queda por aclarar si el diplomático español estaba al tanto del documento o de las supuestas coacciones que González dice haber sufrido. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, el ministro Albares dio instrucciones explícitas al embajador para no intervenir en ninguna de las gestiones que pudiera realizar el líder de la oposición durante su estancia. La divulgación de esta información por parte de González ha llevado al Partido Popular a solicitar explicaciones. El líder del partido Esteban González Pons incluso acusó al Gobierno de ser un «partícipe requerido» en el «golpe de estado ocurrido en Venezuela», señalándolo de convertir a Nicolás Maduro en un «dictador indefinido» siendo «cómplice» en el «chantaje» a González.

María Jesús Montero, la primera vicepresidenta del gobierno, defendió vehementemente la forma en que se manejó la salida de Edmundo González de Venezuela, describiéndola como «impecable» y atacando al Partido Popular. Enfatizó que no dará más importancia a informaciones sin fundamento diseñadas para cuestionar la actuación del gobierno.

Montero se abstuvo de hablar sobre la aparición del embajador en el acto de la firma del documento por González, una imagen revelada por el régimen. En lugar de ello, centró sus críticas en aquellos con la intención de desacreditar al gobierno a través de acusaciones sobre falta de ética.

En relación a González, Montero asegura que la diplomacia española ha actuado de manera efectiva. «Edmundo González está en España por el correcto funcionamiento de nuestra diplomacia. Hemos brindado ayuda y protección, y seguirá siendo así, a Edmundo González», afirmó.

La vicepresidenta afirmó de manera inequívoca que el respaldo del Ministerio de Asuntos Exteriores a González, quien se encuentra en España gracias a la acción directa del gobierno, es indudable. Montero calificó como difamatorias las intenciones de aquellos que buscan manchar el trabajo que se ha estado haciendo, un trabajo que la misma González ha reconocido.

Montero sostiene que las acusaciones del Partido Popular son «ofensivas y falsas» y no reflejan la verdad de la situación.

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