Esta semana, el mandatario Pedro Sánchez y su cónyuge, Begoña Gómez, asistieron al cine. La obra cinematográfica seleccionada fue la producción local denominada El 47, bajo la dirección de Marcel Barrena. La trama gira en torno a un chófer de autobús de Barcelona que, en los últimos años de la década de los setenta, logró que los servicios de transporte público fueran extendidos hasta el distrito de trabajadores conocido como Torre Baró, lugar que se consideraba impenetrable.
Una vez concluida la reproducción, el presidente Sánchez manifestó su conmoción en la red social X, definiéndola como un tributo magnífico a la laboriosa y diversa España que nuestras generaciones precedentes edificaron. En su mensaje, Sánchez destacó la interpretación de Eduard Fernández, quien asume el papel del conductor Manuel Vital Velo.
Este último secuestró el autobús que manejaba para conducirlo hasta su distrito periférico, demostrando su accesibilidad. Citó de la película: «La dignidad no es un concepto abstracto. La dignidad es la lucha por el agua, Correos, y la atención sanitaria y educación públicas». Acerca de ‘El 47’: es una historia auténtica escrita por Marcel Barrena (100 metros, Mediterráneo) y Beto Marini. Relata cómo el actor principal, un conductor de autobús, transformó las zonas aledañas a Barcelona a finales de los años setenta. Inmigrantes extremeños y andaluces residían en las periferias de la ciudad y, ante la desatención de las entidades municipales, se unieron para demandar servicios de transporte. La alcaldía se negaba a establecer una ruta de autobús que facilitara el acceso al núcleo urbano.
En mayo de 1978, el sindicalista Manolo Vital de Extremadura, un papel interpretado por Eduard Fernández, tomó control del autobús de la ruta 47 y lo manejó hasta Torre Baró. Quería demostrarle a la compañía de transporte y al municipio de Barcelona que el autobús público podría subir las pendientes pronunciadas del barrio. Durante este acto revolucionario, los residentes se comenzaron a subir al autobús y a acompañarlo en su ruta, creando así una corriente de vecinos que le apoyaba. Aunque Vital fue detenido por la policía, amenazado por sus jefes y juzgado por secuestro, consiguió regresar a su trabajo el día siguiente. Pasados seis meses, la ruta 47 fue extendida hasta Canyelles; otro recorrido adicional se creó al año siguiente y un par más en 1980. Esta valiente acción de Manuel Vital se convirtió en un triunfo de empoderamiento comunitario y de reclamo ciudadano.
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