Javier y Vanessa han estado compartiendo la casa secreta de Gran Hermano por cinco días después de la expulsión de Vanessa de la casa oficial. «Estamos en un tiovivo de sentimientos», confesó Javier. A pesar de ello, la tensión entre ellos era más baja que alta.
A lo largo de la semana, tuvieron distintas discusiones, una de las cuales insinuó el potencial de un divorcio. «No me provoques, porque agarro mis cosas y me voy», se quejó él cuando su esposa expresó su enojo sin razón aparente.
«Viendo tu comportamiento, no quiero nada contigo», replicó ella. «Arruinaste mi concurso», afirmó Vanessa contundentemente. En las grabaciones, se observó cómo ella se alejó para llorar al confesionario y él la siguió. «Ninguno de nosotros va a comprender al otro», afirmó Vanessa. Ante su relato, Javier propuso una única solución: «Busquemos un abogado y nos divorciamos, es todo lo que puedo pensar». Después, se reconciliaron brevemente antes de volver a discutir, esta vez por el enfado de Vanessa con Jorge, un compañero militar. «Estaba acariciándole la pierna y luego la retira, no puedo soportarlo», protestó Javier. Sin embargo, en vivo afirmaron que todo iba bien: «Seguiremos adelante juntos». «Sería muy lamentable, 13 años de relación y que Gran Hermano sea la causa de nuestra separación», le comentó Javier a Jorge Javier Vázquez en la noche del martes. «Somos como Pepa y Avelino, de la serie ‘Escenas de matrimonio'», se describió a sí mismo. «Estoy de acuerdo», respondió el presentador.