El drama de Gran Hermano persiste. Ion Aramendi reveló el domingo por la noche, durante el debate, que dos participantes de la residencia secreta se trasladarían a la residencia principal. Sin embargo, necesitarán una coartada válida para hacerlo.
«Emocionalmente, no estoy listo», admitió Javi, enfrentándose a un momento difícil con su esposa Vanessa, que había ingresado a la casa el jueves anterior, creando una «montaña rusa de emociones» en su vida.
Aramendi no extendió el suspense entre los seis competidores. «La participante que se traslada a la otra residencia es… ¡Lucía!», anunció. Lucía, la joven de Madrid, se mostró aliviada al oír la noticia. «Amo esta casa, pero estaba deseosa de experimentar la vida en la otra», explicó.
«Quisiera que Silvia, mi hermana, sea la otra persona que se traslade a la casa», confesó Lucía, ya que las gemelas habían ingresado juntas al programa. Ion finalmente dio a conocer la identidad de la segunda participante que se mudaría, «¡Silvia!».
Las hermanas ya habían ideado una coartada asombrosa: «Diremos que somos novias desde hace cuatro años». La declaración sorprendió al presentador, quien les indicó que tenían hasta el martes para modificarla si lo deseaban, pues ese sería el día de su entrada.
Además, tuvieron la oportunidad de conocer a Nerea. «No entiendo nada», expresó la joven al encontrarse en el confesionario con dos desconocidas. Aramendi la preparó diciéndole que sería la cómplice de las hermanas, de la misma manera en que Laura es la cómplice de Luis y Violeta (Diego y Ainara, bajo identidades falsas).
El pitbull de grandes dimensiones que ha acabado con la vida de su dueño de 26 años será presumiblemente sacrificado tras lo sucedido.
El presunto asesino en serie queda con los hombres a través de apps de citas y posteriormente los droga para robarles en Bilbao.