Según fuentes municipales, el lunes por la mañana, a las 10, el Institut Municipal de Mercats ha procedido a cerrar oficialmente los 11 locales de lo que anteriormente eran pajarerías en la Rambla de Barcelona, luego de recibir la autorización del juez.
Las llaves de las últimas 5 tiendas abiertas, todas bajo la misma propiedad, han sido recogidas, después de efectuar el cierre de 6 locales el pasado 21 de agosto gracias a una autorización judicial que permitía la «recuperación forzosa» de los mismos.
Previamente, el 25 de julio, el Ayuntamiento había solicitado a la justicia tomar medidas para desalojar a las pajarerías, dado que los dueños de los negocios se negaban a entregar las llaves, a pesar de los años de disputas legales con el consistorio. En 2009, estas pajarerías habían dejado su actividad original para convertirse en locales de venta de helados, dulces, recuerdos y entradas; una función no contemplada en el Plan Especial de Ordenación de la Rambla, el cual fue adoptado definitivamente en 2016.
Para resistir al desalojo, los dueños de estas tiendas implementaron diversas iniciativas y procedimientos judiciales, incluyendo la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), rechazada por el Parlament. Durante este tiempo, el Ayuntamiento logró obtener hasta 20 decisiones judiciales que confirmaban la prohibición de vender estos productos.
Anunciando su sorpresa frente a la decisión, el dueño de las cinco tiendas cerradas el último lunes envió un mensaje de urgencia a los medios de comunicación en la mañana, antes de recibir la confirmación oficial del cierre del consistorio, diciendo: «Urgente. En estos momentos, el Ayuntamiento se encuentra frente a las tiendas que aún están abiertas sin una orden judicial».
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