El martes, Pablo Echenique, ex legislador de Podemos, está citado a declarar como acusado en el Juzgado de Instrucción Número 38 de Madrid. Esto se debe a una posible ofensa de odio, después de un tuit en el que afirmaba que «es más factible que un sacerdote sea culpable de un crimen de abuso sexual contra niños que un inmigrante».
La comparecencia está programada para las 12:00 horas en los tribunales de Plaza de Castilla, después de que el juzgado haya denegado una apelación del exdiputado contra el inicio de una investigación preliminar.
Abogados Cristianos denunció a Echenique por escribir ese mensaje en la plataforma social X (anteriormente Twitter) el 10 de mayo, donde también agregó que «a efectos de seguridad pública, sería más eficiente deportar sacerdotes que endurecer la política de inmigración».
Echenique respondió de esta forma a unas declaraciones del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, que afirmaba: «Con esta generosa apertura, podemos acoger a individuos indeseados».
El juez desestimó las objeciones de Echenique contra el inicio de la investigación preliminar en su fallo. Destacó que «no se trata de un debate sobre abusos en la Iglesia Católica, sino de si las palabras del acusado pueden constituir un delito de odio o no». Según el juez Carlos Valle, la investigación preliminar busca «definir el verdadero sentido de lo que se ha denunciado dado que, parece indiscutible que ‘a primera vista’ podría tener el aspecto de un delito de odio».
Según el texto original, las diligencias previas no dictaminan nada previamente, sino que solo inician la investigación de un caso que no solo puede llevar al imputado sino que también puede resultar en el cese y archivo de las acciones. Según la perspectiva del juez, el ex diputado intenta utilizar su derecho a la libertad de expresión para justificar sus declaraciones, a pesar de que algunas de estas pueden infringir leyes penales y son transmitidas a través de medios de comunicación y redes sociales. Las fuentes cercanas a Echenique vincularon su mensaje publicado con un informe del Ombudsman sobre abusos sexuales en la Iglesia, y subrayaron que las declaraciones del arzobispo de Oviedo son «abiertamente xenófobas».
