El representante superior de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, no ha emitido ninguna posición sobre si Venezuela puede ser considerada una dictadura, después de unos comentarios hechos por la secretaria de defensa, Margarita Robles, que han generado tensiones diplomáticas con la nación sudamericana.
Sin embargo, él recalca que las recientes elecciones solo han confirmado que la democracia en ese país «no ha mejorado». Aunque sigue la política española atentamente, Borrell señaló que no es su rol discutir las afirmaciones de otros.
Durante una conferencia de prensa en la sede del Parlamento Europeo en España, también confirmó su disposición a encontrarse con el representante de la oposición de Venezuela, Edmundo González, con quien ha mantenido un «contacto constante», al igual que con otros opositores.
Recordó además su invitación a González para asistir al Consejo de Asuntos Exteriores. Borrell enfatizó la importancia de seguir respaldando a la oposición política en su «situación difícil», ya que el «gobierno de Maduro» está llevando a cabo «acciones represivas que preocupan a todos». Señaló que la única manera de cambiar esta situación es a través de la «presión internacional», particularmente la que puede aplicar los países latinoamericanos.
Cuando fue cuestionado por el Partido Popular Europeo (PPE), sobre si el Parlamento Europeo debería reconocer a Edmundo González como presidente electo, Borrell aclaró que en «Derecho Internacional se reconocen estados» en lugar de presidentes. «Venezuela es un estado reconocido».
En la ONU, continuamos aceptando a Venezuela como un estado, pero negamos la validez democrática de la autoproclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones sin prueba alguna. Borrell ha subrayado que la facultad de reconocimiento corresponde a las naciones individuales. Resaltó: «La Unión Europea no puede ni reconocer ni dejar de reconocer debido a su falta de capacidad en el Derecho Internacional. Esta facultad recae en los estados miembros». Borrell enfatizó que, aunque los reconocimientos pueden tener un valor simbólico, no alteran la realidad tangible. Reiteró que la Unión Europea niega la legitimidad democrática de Maduro.
