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El individuo que se lanzó al abismo luego de acuchillar a sus progenitores ha fallecido

Una señora de 61 años sin pasado médico, experimentó deterioro en su visión en ambos ojos unos días después de utilizar un colorante comercial para su pelo, con la presencia de aminas aromáticas conocidas como para-fenilendiamina. No había tenido exposición previa a corticosteroides.

Este curioso caso no es inusual, ya que en el pasado años similares síntomas se observaron en tres mujeres de edad media tras usar productos para el tinte del cabello con aminas aromáticas. Todas padecieron retinopatía, variando de leve a grave según el caso, y diversos desprendimientos retinianos serosos bilaterales (DRS) que evocaban una retinopatía vinculada a la inhibición de MEK, en el proceso estaban involucradas las enzimas cinasas de proteínas estimuladas por mitógenos MEK1, MEK2 o ambas.

En esos casos, las tres mujeres eran pacientes con cáncer, con diferentes tratamientos, tipos de cáncer y edades. Para este último caso, se notó que la agudeza visual era de 20/40 en el ojo derecho y 20/20 en el izquierdo. La revisión del fondo de los ojos mostró varios DRS principalmente ubicados en el polo posterior. La tomografía de coherencia óptica reveló múltiples DRS y un espesamiento uniforme de la retina neurosensorial. La coroides tenía un grosor de 250 um atravesando la fóvea, sin desprendimiento del epitelio pigmentario ni vasos coroideos dilatados de manera irregular ligados a una coriorretinopatía serosa central. La autofluorescencia del fondo de los ojos exhibió DRS de baja autofluorescencia. No se observaron fugas ni vasculitis en la angiografía con fluoresceína y los DRS no se colorearon durante la serie angiográfica. Por último, la angiografía con verde de indocianina no mostró vasos coroideos insólitamente ensanchados ni derrame coroideo.

Se llevó a cabo un estudio etiológico profundo que incluyó pruebas de sangre completas y tomografía computarizada del tórax para descartar la sarcoidosis, resonancia magnética del cerebro y análisis de interleucina 6/10 en una punción en la cámara anterior para eliminar la posibilidad de un linfoma oculocerebral. Además, se usó la tomografía por emisión de positrones, mamografía y chequeo dermatológico y ginecológico para investigar una posible maculopatía viteliforme polimorfa exudativa aguda. Todos los exámenes mostraron resultados normales. Se determinó el diagnóstico de RAHDAA al observar la correlación temporal entre los síntomas y la exposición a colorantes para el cabello, en coherencia con la descripción que incluía la apariencia de la OCT (multiples DSR ubicados principalmente en el polo posterior y engrosamiento de la retina neurosensorial). Cuatro meses más tarde, la agudeza visual era de 20/20. El examen de fondo de ojo indicó una completa resolución de las DSR. La OCT mostró depósitos subretinianos hiperautofluorescentes, sin desprendimientos residuales. Cuatro años después, la paciente reportó usar tintes para el cabello sin aminas aromáticas y no había sufrido ninguna recaída. Aún con una agudeza visual de 20/20, los depósitos subretinianos permanecían. La RAHDAA es posiblemente una enfermedad poco común con una presentación similar a la retinopatía asociada a inhibidores de MEK. Se debe considerar como un diagnóstico de exclusión una vez eliminadas otras posibles causas, como la coriorretinopatía serosa central.

La toxicidad retiniana de los anti-MEK parece estar vinculada con la inhibición del camino de la proteína cinasa activada por mitógenos del factor de crecimiento en las células del epitelio pigmentario de la retina (EPR). Asimismo, la parafenilendiamina, un componente en los tintes para el cabello, puede interrumpir este camino, lo que podría justificar la similitud entre estas dos retinopatías. Este proceso está relacionado con la supervivencia y homeostasis de las células del EPR y su alteración podría estar vinculada a la disfunción del EPR para explicar los síntomas clínicos. Cualquier daño al cuero cabelludo podría incrementar la absorción sistémica de aminas aromáticas, lo que podría en parte explicar por qué esta anomalía es rara. Sin embargo, no se han reportado heridas en el cuero cabelludo en los casos descritos. Este caso de retinopatía relacionado con el uso de tintes para el cabello con aminas aromáticas, tras un seguimiento largo, muestra alteraciones persistentes en la tomografía de coherencia óptica (OCT), depósitos subretinianos con alta autofluorescencia cuatro años después de interrumpir la exposición, y una lenta reducción en el engrosamiento de la retina neurosensorial. Este engrosamiento podría ser una consecuencia de la disfunción alternante del EPR, sugiriendo que las aminas aromáticas puedan ser las causantes de una disfunción duradera en el EPR. La falta de recurrencia luego de cambiarse a tintes sin aminas aromáticas fortalece la conexión entre la parafenilendiamina y la retinopatía. La retinopatía puede ser raramente diagnosticada. La identificación de esta enfermedad podría permitir la eliminación temprana de la exposición a estos tintes para minimizar el daño al EPR.

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