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‘Plásticos’ es una crónica que relata la herencia de las tiendas de discos por medio de su estética

La obra ‘Plásticos’ desentraña una historia personal y cultural a través de las experiencias de Raúl Alonso y Manuel Celso Puñonrostro, quienes nos permiten explorar el pasado y presente de las tiendas de discos.

Casi todos somos coleccionistas de algo, pero son pocos los que a través de sus colecciones nos ofrecen un retazo de historia.

Manuel Celso Puñonrostro ha guardado consigo a lo largo de los años bolsas de discos que hoy nos sirven para apreciar cambios en diseño, ocio y sociedad en general, en una época en la que visitar tiendas de discos era una actividad común.

En nuestra era de predominio de la música digital, las tiendas de discos que han logrado perdurar representan un espacio para los enamorados del vinilo. Antaño eran santuarios de sonido, en los que el tiempo parecía fluir lentamente. Ahora, son reliquias que albergan historias, experiencias y una conexión tangible con un pasado que se hace cada vez más difuso. En ‘Plásticos: Un recorrido gráfico por la memoria y el presente de las tiendas de discos’, se explora este aspecto cultural a través de la vista de quienes han tenido la posibilidad de experimentarlo de primera mano. Todo se articula en torno a la imagen de una bolsa de plástico, con su logotipo distintivo, reminiscencia de recuerdos, anécdotas y experiencias.

Para comprender mejor el origen e impacto de estos refugios culturales que marcaron una época, y cómo han logrado resistir hasta nuestros días, conversamos con Raúl Alonso, editor de La Fonoteca, y Manuel Celso Puñonrostro, autor y coleccionista de bolsas de discos. Raúl Alonso es el motor que impulsa este proyecto.

La concepción de un libro que recopila la vida de las tiendas de música surgió cuando Raúl se enteró de la extensa colección de bolsas de tiendas de discos que Manu había acumulado. «El catalizador fue percatarnos de la gran colección de bolsas que Manu tenía. Logramos organizar una muestra pequeña en Molar, una tienda que también distribuye libros en el área de Cascorro», expresa Alonso, describiendo cómo lo que empezó como una idea simple se fue contagiando de rebeldía.

Sin embargo, esta pequeña muestra ya fue suficiente para «sembrar la idea». Durante un período de falta de inspiración creativa, Raúl y Manu decidieron que era el momento de aventurarse en algo más arriesgado. «Fue un desafío prolongado y exigente», rememora el editor de esos primeros avances, que ocurrieron antes de la pandemia, alrededor de 2019. «Buscábamos crear textos variados y brindar diferentes perspectivas».

De este modo, se unen visiones muy distintas y también colaboradores que se aproximan al fenómeno desde un ángulo intrigante y lúdico. «Les brindamos autonomía para decidir, intentando mantener la diversidad en cuanto a las provincias», añade Alonso, quien disfruta recordando que el libro no solo abarca a Madrid, a pesar de que haya muchas tiendas en la capital.

Para Raúl, este libro representa la persistencia y resistencia de las tiendas de discos en la actualidad. Si bien muchas han tenido que cerrar, otras siguen abriendo, como Almacén de Discos o Recycled, ambas ubicadas en Malasaña. «Es una pugna frente a las transformaciones sociales y culturales. Aunque en otro tiempo existieran más tiendas, el vinilo sigue siendo muy popular. Es un reflejo de la actualidad, no solo una añoranza del pasado», explica acerca de este proceso.

Manuel Celso Puñonrostro, un apasionado melómano y coleccionista, mantiene una profunda conexión con las tiendas de discos, en donde comenzó a explorar el universo musical durante su adolescencia. Criado en Madrid, Puñonrostro recuerda con nostalgia los días pasados rastreando nuevos sonidos por la ciudad. Su relación con la música se inició comprando discos en un Pryca, en Majadahonda, para luego embarcarse en la exploración de tiendas como Madrid Rock, accesibles y apreciadas por los jóvenes. Con el tiempo, su curiosidad lo llevó a tiendas más especializadas como Del Sur, donde podía hallar discos exóticos y procedentes de importación.

El mundo de las tiendas de discos cuenta una historia de supervivencia y adaptación. El vinilo, a pesar de las cambiantes tendencias musicales, ha demostrado su perdurabilidad capturando la atención de nuevas generaciones de aficionados. Hoy en día, Puñonrostro confiesa su predilección por tiendas como La Negra y La Integral pero también mantiene un apego especial por La Metralleta, en donde siempre descubre algo que despierta su interés. Algo similar le ocurre con Club Amigos del Disco, situado en Moncloa, el cual se distingue por su ambiente inmutable.

En cuanto al libro que está trabajando, Puñonrostro revela que le sorprende el aire de nostalgia que muchos colaboradores del mismo comparten. Muchos de ellos poseen recuerdos similares de descubrimiento musical en estos rincones de vinilo. Aunque Puñonrostro hizo un intento por evitar caer en el sentimentalismo, el recuerdo de tiempos y tiendas que ya no están se hace presente de manera inevitable. Un refugio de conocimiento y comunidad

Por ejemplo, el creador de Subterfuge, Carlos Galán, nos transporta a los días gloriosos de Record Runner, una emblemática tienda madrileña. «El barrio de Isabel La Católica, previo a convertirse en Chinatown, era un increíble viaje a un mundo fascinante», narra Carlos.

Más allá de ser solo una tienda de discos, Record Runner, dirigida por Pepe Ugena, servía como un espacio de educación y conexión esencial, tal y como Carlos revela. «Pepe era un actor crucial en la revolución musical de Madrid luego de la dictadura», afirma Carlos, cuyas anécdotas también pueden disfrutarse en su fantástico podcast: Simpatía por la industria musical. «Siempre arriesgando su dinero y su patrimonio por el bienestar y diversión de la humanidad».

Carlos rememora a las personalidades únicas que asistían a la tienda y el conocimiento que se intercambiaba y transmitía dentro de aquel espacio: «Aprendí bastante de Ladis Montes, quien equilibraba habilidosamente dos de mis pasiones: la música y el Atleti; y del legendario coleccionista Pali, algo parecido a lo que luego se convertiría en Discogs, pero en versión humana».

Record Runner era un sitio genuino y auténtico, en el que se percibía un amor absoluto por la música. Era algo inherente al lugar: «Desprendía aroma a vinilo, respirabas música en cada rincón: lo que sonaba en los surcos, siempre fascinante; en las paredes llenas de afiches y carteles asombrosos y, sin duda, en los contenedores».

Por otro lado, el libro no solo se centra en rememorar el pasado. Andrea Galaxina, entusiasta por excelencia de todo lo que concierne a las tiendas de discos, expresa su fascinación por La Integral, en Madrid. Andrea alaba estos lugares como refugios de escape y descubrimiento, mucho antes de su traslado a la capital.

«Siendo una joven de un lugar apartado, aislada de mis intereses en mi cuarto, desarrollé un fervor auténtico por aquellas tiendas que sabía que existían pero que rara vez o nunca podía visitar», evoca Andrea. «Antes de residir en Madrid, el simple viaje a la ciudad era un acontecimiento gozoso. Era siempre un regreso con discos, libros, revistas fan y otras joyas imposibles de encontrar en mi pueblo».
Cuando Andrea entra en La Integral, describe una vivencia casi transcendental: «Es traspasar la entrada de esa puerta, ese maravilloso escaparate clásico que han mantenido de la previa actividad que se realizaba ahí —una panadería— y encontrarte de golpe con un sinfín de discos, camisetas y otros objetos fascinantes».
A pesar de que el vinilo parece resurgir, la verdad es que cada vez son menos las tiendas. «Los costos son elevados y la selección es limitada», deplora Manuel. No obstante, las tiendas que perduran han sabido adaptarse, convirtiéndose en recintos culturales, proporcionando una vivencia singular para los que anhelan huir del ritmo vertiginoso de la vida contemporánea.
«Preservemos nuestras tiendas pequeñas, nuestras tiendas de discos diminutas, porque no se me viene a la mente absolutamente nada que pueda cubrir el inmenso hueco que dejarían si desaparecieran. ¡Larga vida a La Integral! ¡Larga vida a las tiendas de discos!», finaliza Andrea.
Prácticamente todos coleccionamos algo. No obstante, pocos pueden afirmar que a través de su colección se puede obtener una rápida visión de cómo éramos antes. Gracias a las bolsas de discos que ha ido acumulando Manuel Celso Puñonrostro, podemos tener una noción de cómo ha evolucionado el diseño, el tiempo de ocio y la sociedad entera, desde cuando una de nuestras actividades era pasar las tardes en estos lugares dedicados a la cultura.

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