El pasado miércoles, el recurso de Alberto Casero, exdiputado del PP, fue rechazado por el Tribunal Constitucional (TC), validando así la votación que tuvo lugar en febrero de 2022 en el Congreso de los Diputados para la reforma laboral. El error en la votación de Casero facilitó la aprobación de este reglamento.
Según fuentes judiciales citadas por EFE, la corte de garantías rechazó unánimemente -incluyendo a los siete magistrados progresistas y los cinco conservadores- el recurso del exlegislador, aunque hubo algunas manifestaciones concurrentes.
Casero había pedido al TC que anulase la votación donde su voto fue emitido electrónicamente, alegando que se había vulnerado su derecho a ejercer funciones de representación, y solicitaba que se le permitiera votar en persona.
Es importante señalar que su error en la votación electrónica fue crucial para que la reforma laboral fuera aprobada con 175 votos a favor y 174 en contra, en la votación celebrada el 3 de febrero de 2022.
El asunto principal del Constitucional ha sido determinar si la entonces presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, debió permitir a Casero emitir su voto personalmente tras haberlo emitido de forma telemática.
Casero desafiaba la validez de su voto emitido electrónicamente. Sin embargo, el tribunal razonó que, dado la era de la pandemia del coronavirus, ya no es necesario confirmar telefónicamente el voto emitido electrónicamente por lo que, a menos que hubiera un error técnico, el voto sería válido. Además, él también criticaba a Batet por no convocar a la Mesa del Congreso para solucionar el conflicto. No obstante, este reclamo no se sostuvo porque no fue Casero quien solicitó la reunión sino su grupo parlamentario.
Este es el inicial de una serie de tres recursos que el Tribunal Constitucional debe atender relacionados a este tema, dado que tanto el PP como Vox han presentado impugnaciones. Más adelante, los abogados del Congreso determinaron que el voto electrónico emitido por Casero era legítimo por no ser resultado de un fallo de computadora, sino un error humano cometido por el mismo diputado.
