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Información de la audiencia del segundo enfrentamiento entre ‘La Revuelta’ y ‘El Hormiguero’

Después de la conclusión del debate presidencial de la cadena ABC News, era claro para todo el país que Kamala Harris era la indiscutible vencedora. La aceptación de su triunfo fue generalizada, incluso en medios de comunicación usualmente críticos con los demócratas como Fox News, quienes reconocieron la caída de Donald Trump.

Sin embargo, este último y sus respaldadores insinuaron que los moderadores favorecieron a Harris, basándose en las aclaraciones en tiempo real a las persistentes distorsiones de Trump. El presidente exhibió una postura seria y defensiva durante el debate, destacando constantemente el tema de la inmigración ilegal en su discurso.

A este respecto, Harris demostró su potencial presidencial al evitar entrar en disputas innecesarias y responder a los ataques con expresiones de incredulidad, enfocando su estrategia en proponer soluciones a las críticas sobre su falta de planes. El debate inició con una cordialidad forzada, marcada por un breve contacto visual y la frase «Diviértase» de Trump. Durante la discusión, el expresidente dirigió su mirada principalmente a los moderadores, con algunas escasas ojeadas al rival. La falta de experiencia de Harris en este tipo de escenario quedó patente durante los primeros momentos, mostrándose ansiosa en el podio y pausando su discurso en varias ocasiones. Trump aprovechó esta situación para lanzar acusaciones desde el inicio, criticando al gobierno de Biden por permitir la llegada en masa de inmigrantes, a quienes se refirió como «terroristas y criminales». Desde ese punto, el debate se tornó en un vaivén de acusaciones y contraacusaciones, en las que Harris logró provocar varias desviaciones del script por parte de Trump. Como era de esperarse, los ataques personales estuvieron presentes y toda pregunta se convirtió en una oportunidad para ello.

El antiguo jefe de estado tildó a Harris de «marxista», insinuando que su educación había sido influenciada por su padre. Según Harris, fuentes militares altamente ubicadas le habían dado a entender que Trump era «un deshonor», alguien que aspiraba a ser un «dictador», y que sus discursos tenían la capacidad de aburrir a las personas hasta tal punto que se marchaban. En más de una ocasión durante la discusión, Trump redirigió el tema hacia la inmigración, seguro de que es un punto que puede dañar la imagen de Harris. Ella había tenido la responsabilidad de dialogar con los países de Centroamérica y ha afrontado duras críticas por ello. Aun así, Harris evitó responder, prefiriendo respaldar una propuesta de ley que pretende hacer permanentes las restricciones de asilo, algo que ya se puso en práctica hace algunos meses por el gobierno de Biden. El asunto del aborto también generó un conflicto intenso. Harris utilizó este tiempo para proclamar una de las políticas que es más popular entre sus partidarios, ya que durante su mandato ha liderado la defensa del derecho al aborto por parte del gobierno. Ella prometió que someterá esta política al Congreso para proteger el aborto con una ley federal en oposición a la sentencia de la Corte Suprema que entrega el poder de la decisión a los estados. Trump, por otro lado, interpretó la decisión de la corte como un triunfo propio, ya que durante su tiempo en el cargo pudo seleccionar a tres jueces que ayudaron a formar la mayoría conservadora que llevó a tal resultado. Durante esta discusión, Trump lanzó una de las afirmaciones falsas de la noche, mencionando la posibilidad, propuesta por los demócratas, de que se le de muerte a un infante luego de nacer. Algo que la moderadora del debate rápidamente le recriminó, señalando que eso es ilegal en todo este país.

El republicano lanzó otro embuste vinculado con la inmigración, al afirmar que comían perros y gatos en los sitios donde se ubican. «Las ciudades evitan discutir sobre esto por vergüenza», declaraba. «En Springfield, están devorando perros, gatos y las mascotas de sus habitantes. Esta es la deplorable situación en nuestro país». No obstante, los presentadores contradijeron su afirmación, asegurándole que las autoridades habían negado tal hecho, a lo que él respondió que «lo había visto por televisión». Hacia el final del debate, Trump recurrió a una alegación que el sector republicano ha repetido en la campaña para criticar a Harris: «No tiene una estrategia para el país». En respuesta a esto, la vicepresidenta prometió, si vencían en las elecciones, una rebaja de impuestos de 50.000 dólares para las compañías, 6.000 dólares para los jóvenes progenitores y 25.000 dólares para los compradores de su primera casa. «Lo que debemos hacer es discutir esto en lugar de degradar y humillar a la gente», replicó, admitiendo que «ella tiene un plan». Las primeras encuestas tras el debate han favorecido notablemente a Harris. Según una evaluación rápida de CNN realizada entre los votantes registrados que vieron el debate, un 63% apoyó a la demócrata, frente al 37% que creían que Trump había ganado. Aunque estos resultados no reflejan completamente las opiniones del público general, la cadena de televisión admite que sí suponen una notable variación si se comparan con la encuesta anterior realizada por CNN antes del debate, que mostraba un empate.

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