Los incendios descontrolados están devastando las áreas montañosas del sur de California, resultando en al menos siete personas heridas y más de 40.468 hectáreas de tierra quemadas. Los equipos de emergencia están batallando día y noche para controlar el rápido avance de las llamas.
Causando la mayor alarma está el incendio Line en el condado de San Bernardino, que ha devastado más de 14.163 hectáreas de tierra y solo se ha controlado un 14%. Este incendio ha colocado en riesgo a unas 73.000 estructuras, traduciendose en una amenaza para 100.000 residentes de esa provincia, quienes están en estado de alerta de evacuación.
Hay más de 3.000 autoridades en el lugar intentando sofocar el fuego, el cual comenzó el 5 de septiembre durante una intensa ola de calor que asoló el sur de California. Paralelamente, el pavoroso incendio Bridge en el Bosque Nacional de Los Ángeles, en ubicación en las cordilleras de la Sierra de San Gabriel y la Sierra Pelona, ha generado ansiedad en las autoridades debido a su rápida propagación. En un día, este incendio se expandió de 1.618 a más de 19.020 hectáreas a causa del calor extremo y las circunstancias áridas del región. Según un informe reciente del Departamento de Incendios de California (CalFire), este incendio amenaza a 65.600 estructuras. También está el incendio del aeropuerto que ha devastado más de 8.903 hectáreas en los condados de Orange y Riverside, impulsado por fuertes vientos desde que comenzó a agrandarse el lunes pasado.
Las labores de sofocación de incendios resultan arduas debido a los escasos recursos con los que cuentan los equipos de respuesta de emergencia, particularmente debido al gran número de fuegos activos en el sur de California.
