Los ecologistas de España sueñan con una tarjeta única de transporte que minimice el tráfico en carretera, facilitando la vida de muchos usuarios. El Ministerio de Transportes está en fase de conceptualización de la tecnología subyacente para permitir que lectores de diversos medios de transporte público -metro, autobús, tren, incluso servicios de alquiler de bicicletas- puedan reconocer tarjetas o monederos virtuales que los usuarios carguen con fondos.
Próximamente, el ministerio investigará como avanzar en esta tecnología para eliminar las barreras actuales, tales como la incompatibilidad entre las tarjetas de los metros de Madrid y Barcelona. El objetivo es permitir, en el futuro, que un solo título de transporte permita a los usuarios, por ejemplo, desembarcar de un tren en la estación de Atocha y embarcar en una bicicleta de BiciMad.
Se iniciará una consulta pública por el ministerio de Óscar Puente para recabar sugerencias relativas a la configuración de la tecnología que permita a los usuarios acceder al metro o subir a un autobús en cualquier lugar, independientemente del lugar del pago. Esta tecnología futurista también eliminaría la necesidad de múltiples tarjetas, casi idénticas, para usuarios de diversas redes de Cercanías, aunque pertenezcan a la misma entidad, como Renfe.
El secretario general de Movilidad Sostenible, Álvaro Fernández Heredia, ha señalado que el Ministerio está trabajando en la adopción de una tecnología que permita que cualquier método de pago de cualquier empresa sea legible en cualquier operador. Esta iniciativa pavimenta el camino hacia una «tarifa única de transporte», similar a los sistemas existentes en Alemania o Austria, un concepto propuesto por Greenpeace el año pasado.
Más allá del hecho que el «Klimaticket» en ciertos países como Alemania involucra tarifas fijas para, por ejemplo, los viajes en tren, fundamentalmente es una tarjeta que tiene validez técnica para todo el transporte público del país, independientemente de las diferentes administraciones o estados federados. También toman como referencia a Suiza, un país donde los cantones gozan de más autonomía que las comunidades españolas, algo que observan con interés entidades como Ecodes.
Sincronización entre administraciones
El reto es conseguir que distintas administraciones se pongan de acuerdo para reconocer y facturar conjuntamente los billetes que se compran en unas y se utilizan en los transportes públicos que otras gestionan y financian. Esto formará parte de un proceso posterior a la fase técnica, que actualmente está bajo estudio por parte de Transportes.
El entendimiento entre comunidades y municipios debe abordar asuntos como el de cómo hacerse cargo mutuamente de los tickets adquiridos en una zona pero usados en la red de transporte de otra. Para el Ministerio, este no es un obstáculo, sino algo que será más sencillo de aplicar una vez que la tecnología esté en funcionamiento. Además, ya existen ejemplos a menor escala en España, como en Madrid, donde el Metro, con competencia autonómica, la EMT, un servicio municipal, y Cercanías, de competencia estatal, ya aceptan un único título de transporte. La idea es poder finalmente establecer un consorcio que se extienda a todos los medios de transportes del país, habilitando un servicio «puerta a puerta» y promoviendo la intermodalidad, es decir, el uso de diferentes medios de transporte públicos, uno de los propósitos de Transportes.
Mayor tecnología significa más viajes en tren.
Hasta que tengamos la tecnología para desarrollar una tarjeta de transporte unificada, la digitalización está empezando a fusionarse con la promoción del transporte público, tal como se ve en plataformas como Trainline. Esta plataforma está disponible en España y 44 países más y proporciona en un solo click varias ofertas para viajar por tren o autobús entre diferentes destinos. El lunes se revelaron los resultados de una encuesta realizada en julio a más de 1700 usuarios que demuestra que dispositivos como Trainline favorecen el incremento en las ventas de boletos de tren.
Según este estudio, el 15% de los participantes indicó que habrían optado por un medio de transporte más perjudicial para el medio ambiente si no existieran plataformas como Trainline, que recopilan en un solo lugar las ofertas y tarifas de todas las empresas como Renfe, Ouigo e Iryo, en el caso de trenes. Los datos muestran que el 86% de ese 15% habría elegido viajar en coche, el 9% en avión, el 6% en autobús y otro 18% afirma que no habría realizado el viaje si no hubiesen encontrado un billete en la aplicación.
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