La Guardia Civil ha emitido una advertencia a través de sus canales de comunicación en redes sociales, indicando que ciertos trucos no aminoran la presencia de alcohol en el cuerpo y desaconsejando el consumo de alcohol antes de operar un vehículo.
En nuestro país, la ley estipula que el límite máximo de alcohol en sangre es de 0,5 gramos por litro o 0,25 miligramos por litro en el aliento. Esto implica que una simple cantidad de alcohol, como la de dos cervezas, podría generar un resultado positivo en un control de alcoholemia.
Los grados de influencia de estas cifras varían dependiendo de factores como la constitución física de una persona y el tipo de bebida alcohólica consumida. Más relevante es el peligro inherente a la conducción bajo los efectos del alcohol, para los pasajeros, otros conductores, y el propio conductor.
A pesar de la claridad de esta información, hay quienes mantienen la creencia en trucos que supuestamente disminuyen la tasa de alcoholemia, permitiéndoles ponerse al mando de un vehículo tras haber ingerido alcohol. La Guardia Civil se ha esmerado en desmentir tajantemente estas supuestas técnicas mediante una publicación en redes sociales, buscando promover la responsabilidad al volante.
«Beber agua, consumir café, saltar, masticar chicle de menta o rezar no minimizan la tasa de alcoholemia», declaran de manera categórica. A través de este pronunciamiento, procuran instruir a aquellos que erróneamente consideran estos métodos como atajos para esquivar los controles de alcoholemia, quienes sólo están incrementando el peligro y exponiéndose a sanciones.
La publicación de la Guardia Civil incluye una ilustración que proporciona una perspicaz visualización de la realidad: un cartel de un agente de la ley, caracterizado como «el que retira los puntos» a aquellos que sobrepasan los límites legales de alcoholemia al conducir, y un médico, descrito como «el que los da» (los de sutura, en caso de accidentes).
Lamentablemente, hay situaciones en las que incluso el médico resulta insuficiente, y como señala la Guardia Civil, la combinación de alcohol y conducción «puede causar muertes o lesiones irrecuperables». El año anterior se registraron 1.145 fallecidos en siniestros viales, y la Dirección General de Tráfico calcula que entre el 30 y el 50% de los accidentes fatales están relacionados de algún modo con el alcohol.