Douglas Garcia Alcantara, un buscador de construcciones brutalistas, descubrió su pasión mientras trabajaba como repartidor de alimentos a domicilio. Ha recopilado verdaderos tesoros arquitectónicos en su obra «Madrid Brutal», publicada por La Librería. Además de los edificios icónicos, también ha descubierto obras arquitectónicas ocultas en la capital.
Garcia Alcantara desarrolló un interés en el brutalismo durante su adolescencia mientras miraba documentales de parkour protagonizados por su ídolo, David Belle. «Observaba videos filmados en París que mostraban este tipo de estructuras. Se situaban en las periferias de la ciudad y estaban hechas casi en su totalidad de hormigón», explica.
«Incluso, los videos musicales de hip hop francés mostraban un estilo similar. Al final, todo parecía tener un ambiente bastante relajado».
Estas arquitecturas quedaron impresionadas en la mente de Douglas. Solo necesitaban ser reactivadas años después. Esto sucedió mientras trabajaba como repartidor de comida a domicilio. «Fue alrededor de 2021. Durante este tiempo, comenzó a tomar fotos en su teléfono móvil de los edificios que veía mientras trabajaba en el barrio de Hispanoamérica, cerca de los alrededores del Bernabeu y Castellana», recuerda aún sus primeros días y la área llena de construcciones impresionantes. A raíz de esto, su cuenta en Instagram, @madrid_brutalism, se convirtió en un verdadero tesoro para los amantes de los grandiosos edificios de hormigón.
«Decidí crear la cuenta de Instagram para documentar y compartir todas las cosas que estaba descubriendo, ya que noté que no había nada dedicado a la arquitectura brutalista en Madrid», confiesa. «Ya seguía cuentas similares de otros países que se centraban en el brutalismo soviético, inglés y otras variantes, pero no había nada semejante aquí». Madrid Brutal.
El trabajo ahora se presenta en forma de libro, bajo el nombre revelador «Madrid Brutal», que contiene nuevas imágenes y un preciso mapa. La Librería, conocida por su acierto con este tipo de publicaciones, ha publicado su segunda edición. El autor de la obra compartió sus pensamientos: “Consideré que sería interesante documentar estos edificios con una cámara profesional y compilarlos en un libro», agregó, destacando que la obra cuenta también con las fotos del fotógrafo Luis Carrón.
Alejandro, quien se dedica al diseño gráfico y editorial, no tuvo dificultades para idear un boceto. «No tenía pensado publicarlo formalmente. Lo percibí como un proyecto personal, quizás para autopublicarlo», admite el autoctóno de Madrid, criado entre Collado Mediano y Torrelodones en la Sierra de Guadarrama, donde descubrió que la arquitectura brutalista era escasa. Con una sonrisa, dice: «No había mucho que ver allí».
El libro está organizado en secciones: arquitectura residencial, religiosa, escolar, institucional, administrativa, comercial y otras. Esta clasificación ordena los contenidos y permite a los lectores explorar las diversas características de los edificios, que también pueden ser buscados por nombre de arquitecto en la última sección. Comenta: “Mi primera idea fue categorizar el libro por distritos. Sin embargo, tras dialogar con la editorial, decidimos que clasificarlo por tipología arquitectónica sería más conveniente. Esto se debe a que algunos distritos, como el centro, apenas tienen uno o dos ejemplos, mientras otros tienen muchos más. La clasificación por tipología permitió equilibrar mejor el número de ejemplos en cada sección».
Arquitectura residencial.
En los complejos residenciales, se pueden hallar verdaderas gemas ignoradas, como el edificio Pinar de Chamartín. Este es una urbanización prestigiosa construida de 23 pisos, que se llevó a cabo con una «sinceridad constructiva inmensa», utilizando bloques de hormigón prefabricado, hormigón aparente y una malla de acero en el centro que cubre el área de las cuerdas para colgar ropa.
Además, uno puede descubrir fácilmente aspectos destacados de la arquitectura brutalista como las opulentas pirámides de Potosí, una creación del renombrado Luis Gutiérrez Soto. “Los planos inclinados hacia el parque en la Calle Víctor Andrés Belaunde y la calle Bolivia son de lo más notable en este edificio, que siempre sorprende a quienes no están habituados a ver esta imponente construcción todos los días”, escribe García en su libro. “También, merecen mención las terrazas y los maceteros fabricados en obra situados en las bancadas. Todos los cerramientos del edificio se hicieron usando bloques de hormigón prefabricados, una práctica muy común en aquel tiempo”.
Alejandro afirma que la obra que realizó junto a Carrón no es un manual técnico. “Fue concebida para ser un trabajo entretenido y accesible para el público general, ofreciendo una visión familiar de la arquitectura brutalista en Madrid”, dice. Sin embargo, el libro, con su formato cuadrado, grandes fotografías e historias cortas que ayudan a entender el valor de los edificios, resulta muy efectivo. Este permite formarse una visión del vasto legado arquitectónico que aún queda por descubrir, apreciar y posiblemente, contextualizar con el tiempo, la ubicación y sus residentes. Un patrimonio que aún muchas personas no han descubierto.
Este es apreciado por las generaciones más jóvenes.
Parece que el brutalismo va ganando adeptos, sobre todo entre la juventud actual, según García, quien resalta su encanto de resistencia al sistema establecido. A diferencia de otros estilos tradicionales muy aceptados como la arquitectura gótica de catedrales como las de León o Burgos, el brutalismo puede no ser visto con los mismos ojos por su aparente tosquedad o geometría. A la larga, este estilo, frecuentemente etiquetado como particular, está adquiriendo visibilidad gracias a las redes sociales y otros medios.
García confiesa que el edificio que más le cautiva es el Edificio Princesa, obra de Fernando Higueras y Antonio Miró, en San Bernardo. Aun no siendo su elección predilecta, las Torres Blancas probablemente son las más reconocidas y populares. Otro arquitecto por el que siente una especial predilección es José Luis González Cruz, a quien considera un representante puro del brutalismo. A pesar de que tanto las Torres Blancas como el Edificio Princesa se asocian al brutalismo, estos incorporan componentes del movimiento orgánico, con formas más parecidas a la naturaleza, abundante vegetación y líneas sinuosas. Mientras que las creaciones de González Cruz son más puristas y se alinean con el brutalismo de Le Corbusier. «González Cruz es el brutalista por excelencia», afirma.
Si caminas por Madrid, podrás apreciar diversas obras arquitectónicas que González Cruz diseñó, todas ellas resaltadas en su libro. Entre ellas se encuentran el Rascacielos Federico Rubio, el Centro Postal Madrid Chamartín, el Edificio LGM y el Hotel Princesa Plaza. García compartía el año pasado lo emocionante que le resulta el proceso de descubrimiento, como cuando encontró de manera sorpresiva una extraordinaria urbanización en la calle Arturo Soria, edificada en 1991 por el renombrado arquitecto José Luis González Cruz.
Actualmente, cuenta con casi 400 publicaciones que combinan variados tipos de construcciones, todas con el distintivo y cautivador sello del brutalismo único de Madrid. Admite que, pese a que hay elementos repetitivos, el proyecto sigue en auge. «Todavía queda mucho por descubrir. Aunque la cantidad de edificios brutalistas es finita, siempre surgen nuevos e intrigantes lugares y ángulos. Intento mantenerme singular y destacar edificios que, aunque no sean tan famosos como Torres Blancas, también merecen reconocimiento», confiesa.
Brutalismo con Origen en España.
En adición, un spin-off ha sido creado por el mismo perfil, este centrado en el agresivo brutalismo nacional. «Este proyecto ha estado en progreso durante un par de años,» advierte. «Gradualmente visito diferentes locaciones con mi cámara para documentarlas. Es un reto debido al desplazamiento que involucra, sin embargo, trato de optimizar mis viajes. Por ejemplo, ahora que me dirijo al norte planeo documentar algunos lugares en Cantabria. Yo administro personalmente el proyecto aunque en ocasiones recibo aportes de terceros o hallazgo información en línea. Además utilizo Google Maps para buscar y enlistar edificios por ciudad». Su meta es fundar un masivo archivo de arquitectura brutalista en España, «y espero que en algún punto puedase convertir en un libro o una obra gráfica».
Por ahora, parece haber suficiente material para una segunda parte de este Madrid Brutal. «Sí, definitivamente», admite. «Madrid tiene mucho más que explorar y documentar. Estoy convencido de que hay más historias y edificios por descubrir. Me pondré a trabajar en ello».
Alejandro García Alcántara desarrolló un interés por el brutalismo durante su adolescencia, mientras observaba los documentales de parkour protagonizados por uno de sus ídolos, David Belle. “Miraba los videos grabados en París, y todos ellos resaltaban este tipo de edificaciones. Se encontraban en los suburbios de la ciudad y todo era puramente de concreto”, explica. “Además, los videos musicales de hip hop francés presentaban un estilo similar. Al final, parece que todo tenía un ambiente bastante relajado”.
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