De acuerdo con la ONU, los Territorios No Autónomos son áreas o regiones que aún no han logrado un estatus de autodeterminación completa, por lo que no gozan de independencia total. Estos territorios están regulados por otro país y no poseen la misma condición que un estado soberano.
Hoy en día, 17 territorios se encuentran bajo el escrutinio del Comité Especial de Descolonización, cuyo propósito es fomentar la autodeterminación de estas regiones, permitiendo a sus habitantes elegir su destino político. Únicamente un territorio se sitúa en Europa y sigue bajo la dominación colonial: Gibraltar, enclave británico localizado al extremo sur de la península ibérica, objeto de controversia entre España y el Reino Unido desde hace siglos.
Gibraltar, un pequeño territorio con una vasta historia, cuenta con 34,000 habitantes y un área de menos de 6 kilómetros cuadrados. Su historia data de la Edad Media, cuando fue tomada por los musulmanes. En 1462, tras un prolongado asedio, el Peñón fue retomado por el ejército castellano. El cambio radical ocurre el 4 de agosto de 1704, justamente hace 320 años, durante la guerra de sucesión española, cuando Gibraltar fue ocupada por una armada anglo-holandesa compuesta por más de 10,000 hombres y 1,500 cañones. La ocupación británica se formalizó en 1713 a través del Tratado de Utrecht entre España y Gran Bretaña, que estipulaba que Gibraltar sería concedida en propiedad, con España manteniendo la soberanía sobre el territorio, su espacio aéreo y aguas. Adicionalmente, la frontera con España debía mantenerse cerrada, excepto en casos especiales, y Gibraltar podría ser retornada a España si la corona británica decidiera prescindir del territorio.
En 1909, los ingleses erigieron una valla de dos metros de altura, denominada la Verja de Gibraltar, consolidando así la toma de más de 800 metros de istmo en un territorio neutral. De esta forma, tomaron control de más de la mitad de una zona que había sido previamente declarada neutral en el siglo XVIII. España alega la soberanía de la región basándose en el principio de la integridad territorial y en los acuerdos previamente establecidos entre ambos países. De acuerdo con el gobierno español, tal como se señala en la página de la Moncloa, «España exige la devolución de este territorio y respalda plenamente lo establecido por las Naciones Unidas en este asunto». Recientemente, una situación tensa se desató cuando Rodri y Álvaro Morata empezaron a gritar ‘Gibraltar es español’ durante las celebraciones de la Eurocopa, lo que provocó la indignación del gobierno de Gibraltar y un proceso disciplinario de la UEFA hacia los jugadores.
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