Categorías: Crónica
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8 septiembre, 2024 10:37 am

De territorio estéril a dinastía doméstica: el lucrativo comercio de trufas propulsa a una región completa de Teruel

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Desde ser una región árida hasta convertirse en un emporio familiar: las trufas, un negocio lucrativo, están impulsando el desarrollo de toda una comarca en Teruel. Aragón es ahora el líder en las exportaciones de trufas negras, superando a Périgord (Francia).

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Durante los años 60, algunos agricultores descubrieron este alimento, lo que resultó en un crecimiento económico y demográfico significativo del municipio.

La trufa negra se ha convertido en una fórmula de éxito en Teruel, generando más de 15 millones de euros anuales, creando empleos y frenando la migración de jóvenes a las ciudades más grandes.

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El sector se sitúa principalmente en Sarrión, un pequeño pueblo con casas modestas situado al sureste de la región, que ha experimentado un cambio dramático desde que apareció el cultivo de trufas en los años 60.

Las primeras personas que recolectaron trufas negras han levantado un gran emporio familiar gracias a este exquisito producto. Los Doñate, una de las familias más reconocidas en este sector, cuentan ya con tres generaciones dedicadas a las trufas y una cuarta que viene empujando con fuerza, como relata con orgullo Simona Doñate. Ella, su padre y otro socio manejan Inotruf S.L., la empresa de cultivo de trufas. Además, la familia también tiene una fábrica de conservas y una empresa dedicada a la exportación.

La familia Doñate transmitió el amor por la truficultura a sus descendientes. Simona Doñate recuerda con emoción sus primeras cosechas de trufas. Comentó que desconcertaba a la gente que le asistía en la recolección inicial que las trufas no se recogieran hasta ocho años después de su plantación. Además, no resultaba lucrativo hasta aproximadamente 15 años más tarde. Simona revivió estos momentos de enorme sacrificio con afecto. Para ella, el aroma de este hongo rememora su infancia, recordando cómo su padre retornaba de la montaña con su morral repleto de trufas. Simona esperaba ansiosa en casa, bajando las escaleras a toda velocidad una vez que el olor inundaba su hogar.

El origen de este hongo remonta a los años 60. Isabel Doñate, prima de Simona y directora de la Asociación de Truficultores de la Provincia de Teruel, relataba que en aquel entonces no habían muchos cultivos en la región. La llegada de catalanes, oscenses y franceses a Sarrión hace más de seis décadas despertó curiosidad entre los locales, que estaban desconcertados respecto a lo que estos forasteros estaban buscando en su aparentemente infértil tierra. Observando a estos agricultores extranjeros desenterrar algo del suelo, los lugareños de Teruel decidieron seguir su ejemplo.

El alimento enigmático resultó ser las trufas, un hongo no familiar para los habitantes de Sarrión en ese tiempo. Sin embargo, este colectivo de campesinos rápidamente se adaptó para aprovechar esta circunstancia: los de Teruel se transformaron en comerciantes y los de Cataluña, Huesca y Francia en sus clientes principales. Desde aquellos tiempos, ese grupo inicial de horticultores ha hecho de Sarrión la superpotencia global en la exportación y cultivo de trufas, sobrepasando al histórico Périgord en Francia.

Datos sobre la trufa

El hongo de Teruel es un producto de gran calidad y elevado valor, tanto en el ámbito culinario como en el económico. Los veranos breves y templados, seguidos de otoños muy lluviosos e inviernos nevados, hacen de esta provincia el lugar perfecto para el desarrollo de trufas. Por sí solos hablan los números. En 2021 y 2022, de acuerdo a los datos de exportación de la Cámara de Comercio de Teruel, las ventas crecieron hasta superar las 40.000 toneladas, con un valor que en 2022 superó los 17 millones de euros. El coste de este alimento varía mucho en función de la disponibilidad. En 2023, un año con sequía que dio poca cosecha, solo se vendieron poco más de 24.000 toneladas, pero los ingresos fueron prácticamente los mismos que el año anterior, cuando se vendió casi el doble.

Francia es el país que más cantidad de trufas adquiere de Teruel. De hecho, es usual encontrar este alimento oriundo de Aragón, empacado en Francia y comercializado como producto «local». En 2021 y 2022, el país francés adquirió el 50% del total de trufa exportada; y en 2023 superó el 62% del total. Italia se ubica como el segundo mayor comprador de trufa de Teruel en el mundo.

Simona sostiene que hay un vasto comercio centrado en torno a la trufa. Varias empresas, desde viveros, productores de fertilizantes, hasta entrenadores de perros y veterinarios, todos apoyan a la industria de las trufas en Sarrión. El negocio parece ir muy bien, según Simona Doñate, quien recalca el beneficio extra que aporta la trufa. La familia Doñate posee el vivero de trufas más grande de España y se espera que las futuras generaciones continúen con el patrimonio familiar que ha sido el orgullo de Sarrión durante años.

En cuanto a su población, aunque Sarrión alberga solo a 1.200 residentes, una gran parte de ellos prefiere vivir allí antes que en áreas más pobladas como Valencia. Según Estefanía Doñate, la alcaldesa de Sarrión y prima de Simona e Isabel, la juventud tiene una visión de vida establecida y no tiene interés en trasladarse a ciudades más grandes. La trufa ha sido la principal impulsora de la economía de la región, con cada residente teniendo una involucración directa o secundaria en la industria trufera. Mientras que la población en la provincia de Teruel ha disminuido en 10.000 habitantes en la última década, gracias a la industria trufera, Sarrión ha logrado mantener, e incluso incrementar, su población.

Simona, junto a sus hermanos, Manuel y Silvia, son ejemplos de una generación que partió y retornó. Optaron por realizar sus estudios universitarios fuera de Teruel, aunque siempre consideraron volver a su hogar tras finalizar sus estudios. Simona ilustra cómo, a pesar de sus respectivas especialidades académicas, todos finalmente se encuentran trabajando en el sector de la trufa. Simona realizó sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en Valencia, y dividía su semana entre la agitada capital y su tranquilo hogar en Sarrión. Siempre supo que tendría que retornar a casa los fines de semana para buscar trufas, especialmente durante la temporada navideña.

Simona siente una gran gratitud hacia sus padres por su dedicación a estas especies fúngicas, y cree de verdad en las posibilidades que ofrece la truficultura en su región. Sin faltar a mencionar cuánto disfrutan sus hijos participando en la tradición familiar de buscar trufas, especialmente su hija para quien esa actividad se ha convertido en su mejor actividad extraescolar.

No es solo que las trufas de Sarrión hayan logrado mantener a los jóvenes en casa, sino que han motivado un fenómeno adicional: impulsar el empleo rural entre las mujeres. Isabel Doñate subraya que, aunque las mujeres suelen centrarse en tareas detalladas de selección y limpieza, también existen recolectoras, como ella.

En Teruel, la trufa negra ha resultado ser la fórmula mágica para el éxito. Este milagroso hongo genera ingresos de más de 15 millones de euros cada año, crea empleos y frena el éxodo de los jóvenes hacia las metrópolis. En particular, esta industria se focaliza en Sarrión, un tranquilo pueblo de casas bajas en el sureste de la región que, con la llegada de las plantaciones de trufa salvaje en los años 60, ha sufrido una transformación impresionante.

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